Dolor y Gloria (2019):
Duración: 113 Minutos
Dirección: Pedro Almodóvar
Guión: Pedro Almodóvar
Protagonistas: Antonio Banderas
Asier Etxeandia (Ma ma, La Novia, La Puerta Abierta)
Penélope Cruz
Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia
¿Autoficción y/o drama? Díficil de catalogar, es la nueva cinta de Almodóvar, que el año que viene cumplirá 40 años de carrera en la silla de director. Con presencia argentina por dos: Sbaraglia y Roth, la cinta fue nominada a la Palma de Oro -también la queer- y le hizo ganar a Antonio Banderas el premio a mejor actor del festival.
Almodóvar probablemente sea uno de los directores con mayor capacidad de soprender a les espectadores. Como tal, no puedo negar que iba a ver la película con cierto estándar o expectativas. Lo que no esperaba, era ver una cinta con la multidimensionalidad de emociones que Dolor y Gloria me provocó. Llanto, alegría, erotismo, y todo al servicio de una historia LGBT con cero estereotipos (quizás haya que agregar en esto que Sbaraglia y Banderas tienen una química increíble).
Su estilo omniabarcador pero nunca barroco, nos lleva hacia todos lados: desde pensar una reflexión sobre el cine, nuestro vínculo materno, hasta la situación socio económica de España durante el franquismo.
Si tuviera que resumir Dolor y Gloria en una palabra, hay una que no puede escapar: sensibilidad. Palabra compleja si las hay, por su polisemia: aquí la sensibilidad está en todo, tanto en la catarsis que provoca como en la estética.
El tono en que está contada la historia, su buceo en recuerdos pregnantes, y el amor que marca distintas relaciones del personaje principal, están complementados con una gran fotografía (José Luis Alcaine).
La estética, gran privilegio de estar ante ojos agraciados, parece mimetizarse con los sentimientos y características de los personajes: el diseño de producción (Antxón Gómez), el vestuario (Paola Torres) y el diseño de arte (María Clara Notari) generan una entidad armónica y holística que genera un gran deleite.
Dentro de todos esos aspectos, alejada pero también cercana, se encuentra la música: Alberto Iglesias hace una magnífica labor que nos sujeta perfectamente a las atmósferas de la película, que a veces son creadas simplemente con diálogos.
Si bien ya hablamos parcialmente de las actuaciones, queda destacar el desopilante trabajo de Asier Etxeandia, que tiene su momento en la hamletiana escena donde desde el cine nos acercamos al teatro, para aportar un grado de dificultad y magia mayor al ya visto, que junto al final no deja de sorprender.
Qué y cómo ver cine son preguntas que quizás debamos hacernos seguido, siempre y cuando la respuesta no sea normativa, sino descriptiva y subjetiva. Siendo el caso que, si escribiera que la nueva cinta de Almodóvar es una de las mejores que pude ver en el cine, no quedará a otres que les espectadores comprobar o refutar tal afirmación (también existe la posibilidad que tal afirmación sea simplemente ignorada, lo que tampoco está mal).
Mi Calificación: 9 (nueve) Muy Buena