-The Shape of Water-
Duración: 123 Minutos
Dirección: Guillermo del Toro (Hellboy I, II; El Laberinto del Fauno; Crimson Peak)
Guión: Guillermo del Toro
Actores/actrices: Sally Hawkins
Michael Shannon
Richard Jenkins (Visita Inesperada, Quémese Antes de Leer, Bone Tomahawk)
Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia
Pasó algo muy peculiar con el drama de GDT (Guillermo Del Toro), apenas estrenada, se corrió el rumor de que el título fue traducido en España como "Las flipantes aventuras de Joaquín, el humanoide sardina". Hecho que resulta bastante tragicómico, pero que sin embargo es falso. La Forma del Agua se puso en la línea de Lo que el viento se llevó (1939), Shakespeare Apasionado (1998), y Forrest Gump (1994), con 13 nominaciones al Oscar, claro que todavía falta saber cuantas estatuillas se llevará.
El particular tratamiento de los espacios en The Shape of Water nos hace sumergirnos -por qué no- en ambientes que pueden ser sórdidos y a la vez íntimos. En el mundo de GDT, los malos suelen ser muy malos, aquí se evidencia en la gran personificación de Michael Shannon como Richard Strickland -repítase el conjuro para Crimson Peak, con una escalofriante Jessica Chastain-. Los otros dos personajes centrales, Elisa Esposito (Sally Hawkins) y Giles (Richard Jenkins), son en cierta forma inadaptados, rechazados o invisibilizados por una sociedad ocupada únicamente en mirar su propio ombligo. El trabajo de Hawkins está a la altura de sus nominaciones, mientras que Jenkins tiene un buen trabajo. Resultaría injusto sin embargo, no destacar el complejo trabajo corporal de Doug Jones, como Amphibian Man. Tipo de rol al que Doug está acostumbrado -lo que no significa que no sea un desafío, igualmente-, con trabajos similares en obras de GDT como Hellboy I, II, o hasta su actual rol en Star Trek: Discovery, como Saru.
GDT quería Elisa tuviera cierto aspecto mundano, pero a su vez una belleza etérea. Y podemos afirmar que Sally Hawkins logra perfectamente el cometido. |
La música, a cargo de Alexandre Desplat, tiene cierta función cohesiva, es decir, ayuda a unir partes de la película que sin embargo parecen resquebrajarse. Esto, claro, no es el culpa de la música, sino quizás de tomas intimistas, pero poco necesarias. El guión por otro lado emana cierta melancolía y nostalgia que no parecen tener un sentido profundo, sino que parecen estar en sí mismas únicamente, lo que le quita cierta contundencia al mensaje de la cinta -en el caso de haber un mensaje-.
Quizás la película de GDT, no pueda llegar a cumplir las expectativas de un film nominado a 13 Oscars, por momentos. Sin embargo no es una película vacía, sino que tiene un mensaje pequeño pero contundente, y técnicamente se presenta bien lograda. Pasada la decepción inicial de colmar unas exageradas expectativas, y pasado un momento de reflexión, se puede encontrar elementos parciales de una gran película. Claro que entender a GDT suele ser un desafío.
Mi Calificación: 7 (siete) Buena
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