Danyka (2020):
-Mar de fondo-
Duración: 75 Minutos
Dirección: Michael Rowe
Guión: Michael Rowe
Protagonistas: Demián Bichir
Sasha González
Lisa Owen
Michael Rowe es un director australiano nacionalizado mexicano cuyo debut directorial, Año Bisiesto (2010), tuvo cierto éxito en distintos festivales: ganó la Cámara de Oro en Cannes, el Ariel a Mejor Ópera Prima e incluso pasó por el Festival de Mar del Plata.
Danyka es una película que estuve esperando cinco meses, desde su reseña en Cine Aparte y probablemente la seguiría esperando si no hubiera sido comprada por Amazon Prime Video. Algo paradójico que pasa en América Latina es la inaccesibilidad que tenemos para ver películas tanto de países limítrofes como del continente en genera. De hecho, exceptuando obras aclamadas, el cine mexicano probablemente sea una incógnita para el público argentino no tan cinéfilo.
De todos modos, esta película como Nuevo Orden (2020) de Michel Franco eran dos de las cintas mexicanas del año pasado que habían despertado mi interés. Por eso ya sabía medianamente que iba encontrar en Danyka a nivel argumental: una especie de Lolita pero sin pedofilia. Afortunadamente encontré mucho más que eso: es una historia de un amor espiritual o intelectual. Danika y Armando logran un nivel de intimidad personal y honestidad confortante, y eso que podría parecer extraño para personajes que se conocen hace menos de 24 horas está muy bien sostenido por Demián Bichir y Sasha González -que no es una actriz profesional y tiene aquí un sólido debut en la pantalla grande-.
No obstante, el guión de Rowe me parece sólido: los diálogos suenan bastante naturales, y las acciones de los personajes también. Si peca de algún cliché -verosímil igualmente- y algunos de los diálogos reflejan ciertas opiniones personales del cineasta de forma transparente. Este detalle probablemente no se note si no se leen entrevistas al director, de todos modos.
Además de las conversaciones entre ambos, gran parte del placer que genera Mar de Fondo se encuentra en la fotografía (Alfonso Herrera Salcedo) y las locaciones. La película está filmada en Altata, Sinaloa, lo que podría ser un Mar del Sur para nosotrxs. De hecho ambos lugares tienen un hotel abandonado. Respecto a la fotografía, la cinta de Rowe, no sólo fue filmada en 35 mm, sino que tiene planos en su mayoría generales y de minutos de duración. Esto le da un tono contemplativo y similar a algunas películas europeas, eso me hizo pensar en el trabajo de Guadagnino -A Bigger Splash (2015) principalmente y Call Me By Your Name (2017) en menor medida-, aunque probablemente puedan trazarse referencias al cine europeo de otras décadas. Esa sensación placentera también la da el sonido de las olas y el viento en la playa, principal y única locación de la película.
Danyka presenta un tipo de cine particular, parecido en duración y sensaciones al de Hong Sang-Soo por ejemplo. Por lo tanto probablemente divida aguas -recomiendo no ver las nefastas "críticas" en Film Affinity o IMDb-. Al ser un cine tan idiosincrático, no importan demasiado los argumentos que se puedan dar a favor de la película sino que simplemente debo confesar mi pasión por ese tipo de cine. Creo, además, que es una película adecuada para estos tiempos, donde la mayoría de nosotros no pisamos una playa más de un año. También, debo confesar, me trajo recuerdos personales bastante agradables y me fue bastante fácil comprender lo que pensaba Armando sin que tuviera que decir nada.
Mi Calificación: 8 (ocho) Muy Buena