Crimes of the Future (2022):
Duración: 107 Minutos
Dirección: David Cronenberg
Guión: David Cronenberg
Protagonistas: Viggo Mortensen
Léa Seydoux
Kristen Stewart
Pasaron más de veinte años desde que el maestro del body horror no experimentaba en su campo más fructífero: la ciencia ficción. La película: eXistenZ de 1999, una de mis favoritas del director. Su anterior cinta había sido la polémica pero genial Crash (1996), mientras que ya en los 2000 fue principalmente hacia el thriller. Su último trabajo como director había sido la subvalorada Polvo de Estrellas hace ya ocho años, y quienes seguíamos al director pensábamos que ese era su último cartucho. Afortunadamente, el director volvió por la puerta grande y estrenó en Cannes, dónde años atrás Francis Ford Coppola se rehusó a premiarlo.
David Cronenberg es un auteur, y un auteur completamente en otra liga. Sus películas están vinculadas a temas de estudio que encuentra fascinantes y reelabora de forma personal. Por eso, para esta película hay distintas claves de lectura: primero hay que entender que para el director dar todo por el arte es "dar el cuerpo" ("Body is Reality" como dicen los televisores en la performance de Caprice y Tenser), segundo que es una película sobre biopolítica, y tercero que presenta una redefinición del sexo/erotismo centrada en la intervención -quirúrgica- de los cuerpos ("Surgery is the new sex"). El lema "Body is Reality" es muy interesante al análisis porque podría interpetrarse de la siguiente manera: la realidad es producto de nuestra percepción, y la forma más directa de captación es a través de nuestros sentidos. Esto quiere decir que a través de nuestro cuerpo percibimos la realidad y la construimos. Mediante esta concepción evitamos caer en el dualismo cuerpo-mente cartesiano.
Crimes of the future es una película sobre biopolítica porque trata sobre el control de los cuerpos por parte de organismos estatales/gubernamentales, aquí encarnados por el National Organ Registry. Y, en este sentido, es una película contemporánea: actualmente somos más conscientes que nunca de nuestra existencia como cyborgs y de la influencia que tiene la tecnología sobre nuestros cuerpos. De hecho, ya no es noticia la inserción de microchips en el cuerpo humano con fines biométricos.
Respecto al lema "surgery is the new sex", podemos decir que está vinculado a la reelaboración cronenbergiana de la sexualidad. El canadiense está interesado en el costado más material del sexo, reflejándolo en cuerpos mutilados en Crash y cuerpos intervenidos quirúrgicamente en Crimes of the Future. Le interesan las imperfecciones de los cuerpos: las cicatrices, los tumores y las amputaciones, porque estas son un mapa del cuerpo vivido. El concepto de cuerpo vivido también nos puede llevar a pensar la idea de performance en la cinta, pero al no ser mi especialidad, sólo puedo llamar la atención sobre la potencia conceptual necesaria para ellas y en el, siempre inspirador, propósito de pasar del arte como objeto al arte como cuerpo -vivo-.
El éxito de la película reside en que Cronenberg tiene la capacidad de reflejar todos estos temas en diálogos relativamente simples (aunque a veces un poco saturados de información), sin olvidarse del medio en el que opera, el cual es predominantemente audiovisual. Aquí, Douglas Koch utiliza colores fríos y terrosos, que están excelentemente balanceados. La paleta de colores destaca por ser poco estridente y sutil, cosa poco habitual en el género. Viggo Mortensen y Léa Seydoux no sólo son perfectos para sus papeles, sino que también tienen rostros lo suficientemente misteriosos para ponerse en línea con la fotografía. Por otro lado, también es positivo ver a Kristen Stewart actuando para el maestro. Esto nos lleva al curioso caso de que los dos protagonistas de Crepúsculo actuaron en películas del director. Puedo atestiguar que, en Crimes of the Future, la actriz tiene un trabajo correcto.
Si bien lo nuevo de Cronenberg tiene su grado de abyección y un presupuesto acotado, el director logra sostener un buen ritmo narrativo, ayudado por los elementos de thriller, el sofisticado diseño de producción y dirección de arte (que nos transportan a misteriosas performances), pero también por la seducción que produce tener a la ciudad de Atenas como locación. Debo confesar que no he visto demasiadas películas de este año, pero esta fue una de las pocas que me motivó a escribir y me hizo llegar una brisa de aire fresco frente a tanto blockbuster. En estas circunstancias solo puedo decir: ¡Larga vida a la nueva carne!
Mi Calificación: 8 (ocho) Muy Buena