Doble Función #8: Leopardos y tu ex
Hoy, a diferencia de la edición anterior en la que hablamos de una productora, volvemos a hablar de un género, o más bien un subgénero. Su período clásico duró solamente ocho años y estuvo marcado por acontecimientos históricos bastante relevantes. Como pista podría decir que su fórmula prácticamente no murió y la encontramos en series y películas contemporáneas.
Contexto de Descubrimiento:
Bueno, acá me vas a tener que permitir un poco de autobiografía… Si, sé que te morís por saber de mi vida (?) Más allá del chiste, me parece interesante comentar sobre mi contexto de descubrimiento de distintos géneros porque quizás sea similar al tuyo. O porque quizás muestre que la mejor forma de conocer algo nuevo es gracias a la curiosidad, o eventos azarosos. No te vayas, dejo de filosofar…
Este subgénero quizás sea, incluso, más de nicho que todos los anteriores sobre los que escribí. Por eso mi llegada al mismo fue de forma bastante indirecta. Si mal no recuerdo, estaba viendo Vicio Inherente (Anderson, 2014) cuando me puse a leer un par de entrevistas de Paul Thomas Anderson sobre la película. En una de ellas expresaba su preocupación porque los jóvenes cineastas no conocían la obra de sus colegas de décadas pasadas. Es por ese motivo que recomendó el cine de Preston Sturges. La verdad es que pasó bastante tiempo hasta que me acerqué a la filmografía del director, pero el nombre había quedado en mi mente. O, mejor dicho, me puse a investigar sobre él y anote un par de sus películas para ver. Luego de esta introducción, probablemente te hayas dado cuenta que hoy hablamos de las screwball comedies.
(Not) Out of context:
Creo que hoy le hacemos un honor bastante especial al título de la sección, porque si hay algo que caracteriza al subgénero es el estar marcado por el contexto. Ya hemos hablado de controversias a la hora de señalar la primera película de un género, y las screwball comedies no están exentas de estas. Algunas fuentes –y esto Wikipedia no te lo dice (?)- marcan a Bombshell (Fleming, 1933), con la querida Jean Harlow, como la primera del subgénero. No obstante, hay cierto acuerdo en nominar a It happened one night (Capra, 1934) como la fundadora “oficial”. Esta película tiene la particularidad de ser, junto a Atrapado sin Salida y El Silencio de los Inocentes, recipiente de los cinco premios más importantes de la Academia –película, guión, director, actor y actriz-. También está fuertemente marcada por el contexto: fue estrenada unos meses antes –y quizás es parcialmente “responsable”- de la puesta en regencia del Código Hays. Es, a su vez, una película producida durante la Gran Depresión.
It happened one night tiene algunas de las características más importantes de las screwball comedies: tiene un viaje, hay un personaje que persigue a otro –que se muestra reacio- con intención romántica, crítica social e innuendos sexuales. Durante esta década, le seguirían otras películas como My man Godfried (La Cava) en 1936, The Awful Truth (McCarey) 1937, y Bringing up baby (Hawks) –quizás la mejor del género- en 1938. Estas incorporaban otras características del género como ritmos de conversación muy veloces, respuestas ingeniosas o de doble sentido, y slapstick comedy. Aquí debo hacer un paréntesis y mencionar que The Awful Truth -junto con The Philadelphia Story (Cuckor, 1940)- pertenecen incluso a un subgénero del subgénero conocido como "comedy of remarriage", dónde una pareja divorciada/separada se vuelve a juntar, o específicamente, a casar. Si, por eso lo de "tu ex" del título. No, no era algo personal contra vos (?).
Hecho este paréntesis, volvamos a las características de las screwball comedies. Ya lo sugerimos con It happened one night, pero es importante señalar que los protagonistas eran una “pareja dispareja". Con esto quiero decir que: se repelían al principio, pero, al ser opuestos, se terminaban sintiendo atraídos. Esa oposición inicial estaba vinculada a que solían pertenecer a clases sociales distintas y porque la mujer era una especie de maniac pixie dream girl ¿Qué quiero decir con esto? Que era un personaje burbujeante y superficial que llevaba al hombre a aventuras imprevistas-. El hombre, en cambio, era racional, estructurado y afable.
Amenities y el principio del ¿fin?:
¿Qué era lo atractivo de estas películas para ese momento histórico? Primero que nada, la crítica social a la clase alta. Segundo, el que fueran una especie de válvula de descompresión de los problemas que el espectador podía tener en ese momento. Estábamos frente a situaciones impensadas como tener que cuidar de un leopardo o volverse a casar con la persona de la cual nos divorciamos ¿Esto quiere decir que las screwball comedies eran superficiales? Para nada. A través de distintas situaciones se burlaban del Código Hays: tenemos hombres vestidos con ropa de mujer, o a Cary Grant diciendo “me volví gay” en Bring up baby. Además, bien dijo un crítico respecto al subgénero: “son comedias sexuales sin el sexo”. Como si fuera poco tenemos personajes femeninos fuertes y con agencia, que logran los objetivos que se proponen. Chupate esta mandarina Código Hays (?)
Bueno, pero volvamos a la historia de las screwball comedies. Estábamos en los años cuarenta, y acá tenemos –para mí- a los mejores exponentes del género. The Philadelphia Story (Cuckor) en 1940, Lady Eve (Sturges) en 1941, y The Palm Beach Story (Sturges) en 1942.
Quizás recuerdes mi comentario al principio de esta edición sobre la corta duración del subgénero. Dije que duró solamente ocho años, y también mencioné que su primer película es de 1934. Por lo tanto ¿qué pasó en 1942? Ese año –aunque para ser más precisos, en diciembre de 1941- Estados Unidos entraba en la Segunda Guerra Mundial. Y quizás la cosa no estaba para chistes y comedias “escapistas”. Las preocupaciones eran otras y ya no tenía sentido hablar de la “frustración sexual masculina”.
El público “necesitaba” personajes heroicos, “masculinos” y que trabajaran duro. Es por eso que durante esa época encontramos westerns y películas bélicas para tirar al techo. Las inversiones en publicidad de los estudios iban mayoritariamente hacia ellas, como también el interés de la crítica. Las comedias habían perdido el centro de la escena. Sin embargo, veríamos algunas películas que seguían apuntando a la fórmula del género, pero con algunos cambios. Estamos hablando de cosas como The Seven Year Itch (Wilder, 1955) y Some like it hot (Wilder, 1959), ya un poco más de una década después. Por supuesto que no está demás aclarar que directores como Sturges o Hawks siguieron haciendo este tipo de comedias más allá del 42, pero son excepciones a la regla.
Nenas con cara de ladrona (?):
Las películas que elegí para esta edición son mis dos favoritas del subgénero: Bringing up baby (1938) de Howard Haks y Lady Eve (1941) de Preston Sturges.
Bringing up baby, lleva la farsa hacia extremos inusitados. Aquí los personajes tienen que cuidar de un leopardo amaestrado y, como si esto fuera poco, se lo confunden con otro que no lo está. También tenemos a un perro luchando contra el leopardo, y robando un hueso de brontosaurio. La película está dotada de una energía increíble, y es ideal para ver cuando tuviste un mal día. Tiene dos de las escenas más hilarantes que he visto: la primera, con una Katharine Hepburn “going berserk” y la segunda con ella y Cary Grant en la cárcel, dónde se producen maravillosas confusiones de identidad. De hecho, se podría establecer un paralelismo entre las confusiones de los pumas y las confusiones entre los personajes: dado que lo que está en juego siempre son las identidades. Se puede decir que es una película sobre desdoblamientos. Yendo más hacia el lado crítico, puedo decir que Katharine está increíble y demuestra sus dotes para la comedia. Claro que también está bien acompañado por Cary Grant. Como dato de color, se podría decir que ellos son LA pareja de las screwball comedies, dado que hicieron tres juntos.
Lady Eve es una de mis películas favoritas de todos los tiempos y eso probablemente es porque tiene uno de los mejores guiones de la historia del cine. Queremos a la muy carismática Barbara Stanwyck aunque su personaje sea una encantadora de serpientes, pero también al discreto correcto e inteligente Henry Fonda. A pesar de que el peso de la película reside en el guión de Sturges, la película es bastante cinemática y, como si fuera poco, quien se encarga del vestuario es Edith Head. Lady Eve nos manipula maravillosamente y conduce nuestras emociones hacia el lado que quiere, quizás como lo hace Jean Starring (Stanwyck) con Charles Pike (Fonda). Es interesante que ambos personajes sean inteligentes, pero más todavía que Jean sea la que más destaca en ese aspecto. Ella tiene una inteligencia basada en la experiencia y la vida real, mientras que él tiene una inteligencia desconectada de la misma. Quizás también por eso empaticemos más con el personaje femenino que el masculino.
¿Qué tienen en común las películas? Primero que nada, cumplen con un requisito que yo considero como característico del subgénero, pero que no todas las películas lo tienen. Transcurren durante un viaje -e involucran al estado de Connecticut-. Segundo, que es imposible no quedar embelesado con los personajes femeninos por su ingenio, carisma, pragmatismo y ternura. Y, tercero, y último, porque las dos mujeres transgreden tanto las normas de género como disposiciones legales. Barbara Stanwyck hace de estafadora y el personaje de Katharine Hepburn roba un auto, entre otros delitos. Con ambas películas encontramos personajes que se ríen de las convenciones sociales de la época, como bien lo supieron hacer las screwball comedies con las convenciones del infame Código Hays.
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Hasta aquí llego la edición de hoy ¿La disfrutaste? ¿Sumaste películas a tu watchlist? Si las respuestas son afirmativas podes hacer muy feliz a alguien diciéndole que
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