Gremlins 2: La nueva generación (1990):
-Gremlins 2: The New Batch-
Duración: 106 Minutos
Dirección: Joe Dante
Guión: Charles S. Haas
Protagonistas: Zach Galligan
Phoebe Cates
John Glover
Con completo control creativo y un presupuesto triplicado, Joe Dante volvió a la carga con la que posiblemente sea la última Gremlins bajo su dirección -supuestamente va a haber una secuela-. La siguiente película de Dante, Matinee (1993) también recogió su cinefilia y fue, como esta secuela, un fracaso de taquilla.
No podemos evitar notar las múltiples referencias cinéfilas que tiene la película de Dante, las cuales si bien se extienden por distintas décadas, son prioritariamente de los ochenta -siendo quizás la más evidente a Rambo II (Cosmatos, 1985). Así, quizás el Clamp Center sea comparable al Nakatomi Plaza, y de esa forma también podría pensarse en la historia de Gremlins 2 como high concept: gremlins en un edificio. Vinculando a la sequela con la original, ambas adolescen de algo: estructura. Por momentos ciertas escenas remiten meramente a sketches, pero en esta segunda parte la comedia funciona mejor por sus elementos políticos -probablemente debamos agradecerle a Charles S. Haas que hizo el heavy lifting-. El contexto de la película son los noventa: tenemos un capitalismo financiero exacerbado donde reina la plutocracia. Billy y Kate ya no se encuentran en el entrañable Kingston Falls -que igualmente estaba siendo atacado por el negocio inmobiliario- sino en la ciudad que nunca duerme. De hecho hay un cómico tributo musical a ella.
Como buena película de terror, Gremlins 2 habla de su contexto: por lo tanto tenemos génetica -con sus peligros-, televisión por cable y un ritmo frenético en las relaciones sociales y laborales. También tenemos referencias cinéfilas y metareferencias. Así, son muy bellas las referencias al género: tenemos a Christopher Lee en un papel corto y a un personaje caracterizado como Grandpa de la familia Munster. También escuchamos la promoción de Casablanca (Curtiz, 1942) a color y con final feliz, sobrevolando así la referencia a Ted Turner. Otro lujo que se da la cinta es tener secuencias animadas del legendario Chuck Jones. Probablemente haya dos momentos meta que valen la pena destacar: tenemos al crítico de cine Leonard Maltin hablando negativamente de Gremlins (Dante, 1984) para luego ser atacado por los icónicos bichos, que también toman control del cine donde se exhibe Gremlins 2 en un hermoso tributo a nuestro encantador de serpientes favorito, William Castle. Respecto al primer momento podemos señalar que Maltin había hecho una mala crítica de Gremlins en el momento de su estreno, y aquí tenemos la "venganza" contra la crítica, que parecería en este caso hablar demasiado y no percibir su entorno o los gustos del público. El segundo momento es como ya dijimos un hermoso tributo, pero también permite generar un distanciamiento con la película que estamos viendo, como también la revelación de su artificiosidad. Ese recurso es nuevamente mostrado por Dante en Matinee.
Curiosamente como uno de los héroes tenemos a un hombre anciano, diferenciándose de la juventud sedienta de poder que denuncia la película. De hecho podríamos decir que Murray Futterman es prácticamente el opuesto de Daniel Clamp, y Kate tendría una relación equivalente con Marla. En este punto podríamos señalar que las actuaciones no son de lo mejor, y que tienen un estilo medio campy que no podemos asegurar que sea intencionado. *SPOILER ALERT* El final de la cinta resulta atractivamente improbable como el destino heroico del Señor Futterman, con Clamp viendo el "mérito" de sus trabajadores y queriendo recrear Kingston Falls en otro lugar, por considerarlo el deseo de potenciales compradores. Esto quizás le da un atisbo de esperanza a aquella realidad que probablemente necesitara luz entre tanta oscuridad, como también la necesitamos nosotrxs, que todavía no escapamos a las garras del neoliberalismo.
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