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lunes, 22 de octubre de 2018

¿Qué es el Shnit?: 

Probablemente la respuesta de memoria tiene que ser dada por lo curioso del nombre. El Shnit se trata de un Festival Internacional de Cortos trasnacional, es decir que sucede en simúltaneo en varias ciudades de los cinco continentes. Buenos Aires es una de las sedes desde hace cinco años consecutivos, haciéndose en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551). Particularmente puedo decir que es mi segundo año disfrutando de un festival que destaca por presentar cortos de una gran variedad de países, algunos de ellos animados, además de darle un rol importante a la juventud. 

El arte de color magenta del Festival resulta muy llamativo
y creativo, teniendo siempre muy presente la cultura juvenil. 
Ayer, Domingo 21, fui al Festival con la intención de presenciar la sección Midnight Yellow (acá se puede ver el Programa del Shnit, que sigue hasta el próximo Sábado). Cuando llegué me encontré con la sorpresa de que la sección se había atrasado, sopresa grata, de todos modos, porque tuve la oportunidad de escuchar la poesía de Camila Mardones y Francisco Catalano
Hubo una hora de atraso, lo que es bastante, pero antes de que iniciara la proyección, el presentador nos comentó que por la demora nos podíamos quedar a la siguiente parte del Festival: Bright Brown, lo que acepté encantado. 
Así empezaba Midnight Yellow

Midnigth Yellow estaba compuesta por seis cortos: 
1) Les Miserables (Francia), de Ladj Ly. Un corto ambientado en un barrio pobre parisino, que nos hace reflexionar sobre la brutalidad policíaca de un país democrático, contra los inmigrantes africanos. 
2) The Ordinary (Francia), de Julien & Simon Dara. Probablemente, uno de los más curiosos de la competencia, por su combinación entre matar a un dragón y bailar.
3) Offstage (Rumania), de Andrei Hutuleac. Un director de teatro es secuestrado por un actor y una actriz bastante psicóticxs, por lo que el estilo absurdo e incómodo está muy presente durante los 25 minutos que dura.

 Fotogramas de los primeros tres cortos, ordenados de acuerdo a como fueron pasados.

4) The Director's Treatment (EE.UU., Costa Rica), de Heinz Kobernik. Destaca no sólo por la pluralidad del elenco de trabajo, sino también por su respeto a las diferencias culturales de las distintas poblaciones que habitan Estados Unidos. Claro que la estética y su humor son magníficos.
5) Lost Property Office (Australia), de Daniel Agdad. Una hermosa animación de estética kafkiana, que nos demuestra que hay algo más en la vida que el trabajo.
6) Good Mourning (Sudáfrica), de Ian Morgan. Una comedia negra, de título muy ingenioso, y personajes muy queribles.

De izquierda a derecha 4,5 y 6 respectivamente. En 4 destaca el color, que se combina con el blanco y negro a lo largo del corto, mostrándose la ductilidad del director y la idea tras el proyecto.

Por último me quedé a la sección Bright Brown -lo que no significa que no vaya asistir a funciones del Viernes 26 y Sábado 27-. Esta tenía los siguientes cortos:
1) Artem Silendi (Francia), de Frank Ychou. ¿Se puede hacer comedia muda en este milenio? La sutileza de este trabajo, y la simplicidad argumental parece demostrarnos que mientras esté la creatividad de por medio, no hay problema.
2) Bonobo (Suiza), de Zoel Aeschbacher. Tres historias a lo Babel (2006),o Amores Perros (2000), vinculadas en este caso por un ascensor que no funciona.
3) Prey (EE.UU.), de Bill Whirity. Posiblemente uno de los cortos más inesperados, de construcción sólida, e increíblemente agresivo para su corta duración.
 Misma organización para estos fotogramas. El tercer corto, tiene la comodidad de presentar un género muy estudiado en Estados Unidos, como es el terror, lo que no le quita méritos, sino quizás resalte su frescura.

4) The Box (Eslovenia), de Dusan Kastelic. Con The Ordinary, es uno de los cortos más extraños que ví, pero este tiene la particularidad de expresarse claro sin palabras, dejando un espacio gigante a la interpretación del mismo ciertamente. A mí, especialmente, me hizo vincularlo con la Alegoría de la Caverna.
5) Wave (Irlanda), de Benjamin Cleary & TJ O'Grady Peyton. La comprensión, la tolerancia, y la soledad son expresados en este drama que tiene un gran simbolismo y es realmente emocionante. Además tiene la perlita de contar con Rock 'n' Roll Suicide de David Bowie.





    

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