Invitame un cafecito

Invitame un café en cafecito.app

Vistas a la página totales

sábado, 27 de agosto de 2022

 

Doble Función #6: Sangue, donne e omicidio


Hoy vamos a hablar de un género del que tenía ganas de escribir hace tiempo. Sí, primero tuve que cumplir con la promesa que había hecho en la segunda edición. Disculpa mi lado kantiano (?) La cosa es que se habló bastante de él hace un año, porque había una película que supuestamente lo homenajeaba. 


La verdad que no, esa película no tenía mucho que ver con el género. Quizás se parecía a Sisters (De Palma, 1972) o Basket Case (Hennenlotter, 1982), pero quedaba más bonito decir que se parecía al susodicho. De todos modos, es importante señalar que afortunadamente sigue vivo gracias a la última película de un director octogenario (no, no es Cronenberg), aunque también gracias a homenajes varios. 


El color que (no) cayó del cielo:


Bueno, ya dejemos los misterios por hoy. Gracias a algunas pistas probablemente ya hayas encontrado al asesino (?). No hay demasiados géneros que refieran a un color... Cómo ya habrás escuchado 100 veces, giallo en italiano significa amarillo. Datazo, dirás, ¿pero de qué me sirve saber eso? Pidámosle la maquina del tiempo al Doc Brown por un rato...

En 1929 la editorial Arnoldo Mondadori saca una colección de policiales de tapa blanda titulada “Giallo Mondadori”. Aquí algunas personas te van a decir que eran en su mayoría pulps, pero la realidad es que también tenían a autores como Agatha Christie o Raymond Chandler ¿Por qué se llamaban así estos libros? Porque su portada era de color amarilla. Como siempre pasa en Italia cuando algo es exitoso, distintas editoriales empezaron a replicar el estilo de Mondadori, y se empezó a identificar a las novelas policiales con ese color. 



(Not) out of context: 

Metámosle un poco de fast-forward y conozcamos al padre cinematográfico de la criatura. Estoy hablando de uno de los mejores directores de todos los tiempos: Mario Bava (al que le dediqué este short que tiene una pequeña errata). El querido Mario empezó como director de fotografía en los cuarenta, para grandes directores, y ya en los sesenta –varios oficios mediante- era conocido como un maestro de los efectos especiales. A finales de los años cincuenta ya había dirigido algunas películas, aunque sin el crédito de director. Entre ellas se encontraba la primera película de terror italiana de la era sonora: I Vampiri (Freda, 1957). Te preguntarás ¿por qué recién en 1957? 
Esto se debe a que un señor más bien rollizo, gesticulador y totalitario, apodado il duce, había prohibido el terror cómo género en Italia. Si, que bueno que lo colgaron de las pelotas...

Para 1960, el querido Mario nos entregó la segunda película de terror italiana: La maschera del demonio. Y, tres años después, el primer giallo. Estoy hablando de La ragazza che sapeva troppo (1963): una película con una fotografía de las fotografías en blanco y negro más bellas de la historia del cine. Por supuesto que también tiene varios de los tropos que caracterizarían al género. Tenemos un asesino con un cuchillo, un turista que presencia un asesinato y varias víctimas femeninas. En su siguiente giallo6 Donne per l’assassinoMario le daría otras dos características muy reconocibles al género, o más bien al asesino: guantes de cuero negro y una máscara que tapa su cara ¿Un slasher? Casi… Quizás puedas responder tus dudas o generarte nuevas mirando Ecologia del delitto (Bava, 1971). 

6 donne es considerada por algunas personas como el primer giallo oficial. Y si, como en la edición anterior, hay polémica... Lo importante es que sería seguida por otras con tropos similares, tales como Assassinio made in Italy de Silvio Amadio en el 65, La lama en el corpo de Lionello De Felice y Elio Scardamaglia en el 66, Omicidio per appuntamento de Mino Guerrini en el 67, Nude… si muore de Antonio Margheriti en el 68, y Una sull’altra del querido Lucio Fulci en el 69.
 
Estas películas son ejemplos más bien ilustrativos, dado que hay bastantes películas de esos años para investigar. Lo importante es que ya nos encontramos en el año 70, con el padre putativo del gialloDario Argento y la película que los masificóL'uccello dalle piume di cristallo. Tengo que confesar que no es de mis películas favoritas, pero que bien se ve… A partir de ese momento tendríamos muchísimos exponentes del género, con directores como el ya mencionado FulciMartino y Lenzi. Desafortunadamente el éxito del giallo duró solamente hasta fines de esa década, momento en que vio una merma de sus presupuestos y popularidad. Por supuesto, que el loco lindo de Argento siguió un poco en esa y nos regaló maravillas como Opera en el 87, y un hermoso revival con Occhiali Neri este año.


Asesinatos de Haute Couture:

Las dos películas que elegí para esta edición tienen un vínculo relativamente débil: la trama de ambas gira en torno al mundo de la moda. 6 Donne per l’assassino tiene a un killer que mata modelos de una casa de alta costura, mientras que La dama rossa uccide sete volte tiene como protagonista a una fotógrafa de moda. Probablemente haya dos razones para que las películas se ubiquen dentro de ese mundo: primero para tener hermosas mujeres (a veces con poca ropa) en pantalla. Segundo para justificar la presencia de varias mujeres al mismo tiempo y que el asesino las pueda matar una por una. 
Todo muy sereno, ¿no?

La dama rossa es, de las dos, la que tiene una mitología más interesante. Los eventos giran en torno a la historia de una pintura, y hay un coqueteo con la mitología griega, especialmente en lo que refiere a lo inevitable del destino. Podemos decirlo, hay referencias claras a Edipo Rey. Desafortunadamente es una película confusa –como todo giallo de bien (?)-, pero nuevamente: que bien se ve. La máscara y el vestuario de la persona que perpetua los crímenes es hermoso, y lo mismo pasa con las locaciones.
La dama rossa no sólo se ve bien: tiene un soundtrack maravilloso, de Bruno Nicolai.


6 donne probablemente sea uno de los giallo que más cuidados están a nivel visual porque, claro, teníamos a Bava en la dirección y, aparentemente, también en la fotografía. La película tiene unos colores que no te podés imaginar, y una puesta en escena y encuadres dignos de una obra maestra. Desafortunadamente su trama es un poco confusa -quizás sea uno de los tropos del giallo, quién sabe (?)-, y la revelación del asesino es un poco temprana. No obstante, te aseguro que van a ser unos 88 minutos de tu vida muy bien invertidos. 


Como vimos la relación entre las películas es un poco débil, pero ese tema puede llevarnos a hacer varias preguntas: ¿están hablando de un cambio en los roles tradicionales de género?¿cuánto tiene para decirnos la represión del sexo, la violencia y las drogas sobre la sociedad italiana del momento? Otra cosa que encontramos en ambas películas es la presencia de una aristocracia vinculada a la ambición y al crimen, por lo que también podemos preguntarnos ¿son películas sobre la muerte de una clase social? 

Anuncios Matutinos:

Hasta aquí llego la edición de hoy ¿La disfrutaste? ¿Sumaste películas a tu watchlist? Si las respuestas son afirmativas podes hacer muy feliz a alguien diciéndole que se puede suscribir aquí. También me podés escribir acá si tenés comentarios, sugerencias o propuestas (?)
Si te interesó el tema y querés profundizar podés chequear mi lista de giallo en Letterboxd, escuchar el capítulo de Marea Nocturna sobre el género o el de Frame Fatale sobre Sei Donne. Si todavía querés más podés ver este video de YouTube o este

sábado, 20 de agosto de 2022

 

Doble Funcion #5: Desde la luz a la oscuridad


Hoy cerramos la triple “promesa” que había hecho hace unas ediciones atrás: voy a hablar de un género, o estilo, que me encanta. Algunos comparten este sentimiento conmigo, mientras que otros dicen que está sobrevalorado. Tardé bastante en llegar a él, pero esta vez fue simplemente por no haberlo escuchado nombrar. 


No voy a mentirte, es un poco de nicho. No obstante, probablemente hayas visto alguna película que sumó el prefijo “neo”. Haciendo memoria, probablemente yo también lo haya conocido gracias a un “neo” de los últimos años, pero en su momento no profundicé en él. Es por eso que a su versión “clásica” me acerqué hace relativamente poco, gracias a una película del “peor” director de la historia del cine. Dicho sea de paso, es una película bastante buena, e interesante. Pero bueno, dejemos el debate sobre Ed Wood para otro momento –ya hablé de él acá, de todos modos-. Sin más que decir, arranquemos. 


En el principio todo era oscuridad:

“No sabía que estaba haciendo noir, pensé que eran historias de detectives con poca iluminación” Marie Windsor. 

La frase de la “reina de las B movies” –y actriz de la increíble The Killing (Kubrick, 1956)- tiene, en verdad, mucho sentido. Con el noir no basta sólo con contar su historia, porque es también un estilo. Pero vayamos por partes, como dijo Jack El Destripador (?) 


¿Qué podemos sacar en limpio de la frase de Windsor? Primero que nada, tiene razón: mientras se estaban filmando no se denominaban así. Nadie decía "estoy haciendo un film noir". 

Si bien el término data del año 46’, la denominación no sería adoptada en “gran” escala -es decir, por la crítica- hasta los años 70. Y no provendría de Estados Unidos, sino de Francia ¿Viste? De algún lado tenían que haber salido esos policiales franceses extraños cómo Shoot the Piano Player (Truffaut, 1960), Sin Aliento (Goddard, 1960) o Le Samouraï (Melville, 1967).


Los noir también son, en general, historias de detectives con personajes icónicos del género como Sam Spade o Phillip Marlowe. Estos dos detectives fueron producto de la pluma de Dashiell Hammet y Raymond Chandler. Al primer detective lo podemos ver en El halcón maltés (Huston, 1941), y al segundo en The big Sleep (Hawks, 1946). De aquí deducimos una característica del género: suelen ser adaptaciones de grandes novelas negras/hard boiled de la época. 


Quizás en lo último que dijo la buena de Marie reside el quid de la cuestión en lo que refiere al noir: la “poca luz” o, hablando más técnicamente, la iluminación en clave tonal baja. Para esto hay varias razones: primero que nada, al usar menos equipo eléctrico las películas salían más baratas –en una época dónde escatimar era fundamental-. Segundo: algunos de los directores eran herederos o formaron parte del expresionismo alemán, y el estilo oscuro y sombrío de la fotografía maridaba perfectamente con la atmósfera nihilista de las películas. La fotografía del noir se caracterizaba por un fuerte uso del contraste, cierta exageración de las sombras y pocas fuentes lumínicas. 

Con esto podemos cerrar las características estilísticas del noir –género cuyas películas también se caracterizan por siempre “terminar mal”-. Ahora vamos con un poco de contexto.

  



(Not) Out of context:


Corría el año 1933 y un tipo con un bigote parecido al de Chaplin, pero para nada simpático, asumía la cancillería en Alemania. Por ese motivo -y especialmente después de la Noche de los cuchillos largos-, miles de personas tuvieron que escapar de Alemania, especialmente aquellos de religión judía. Probablemente te suenen algunos de los directores que emigraron (forzadamente) a Estados Unidos: Fritz LangRobert Siodmack y Billy Wilder, entre otros. 


Cineastas, directores de fotografía y técnicos trajeron a Estados Unidos una forma distinta de hacer cine, influenciados por el expresionismo alemán -que ayudaron a construir-. El expresionismo alemán, con películas increíbles como El Gabinete del Dr. Caligari (Wiene, 1921) y Nosferatu (Murnau, 1922) trajo el uso exagerado y “poco realista” de las sombras, una iluminación muy particular de los rostros, y, más que nada, una atmósfera sórdida -e incluso macabra- vinculada al zeitgeist alemán. 


Los noir, aunque hay historiadores que ya los encuentran a fines de los 30, tardaron unos años en llegar. De hecho, se podría trazar un paralelismo con el ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial y la salida del primer noir “oficial”. Entrecomillo oficial porque no hay un acuerdo sobre cuál fue el primer noir: algunas fuentes le atribuyen el título a Stranger on the third floor (Ingster, 1940). Yo sinceramente no estoy para estas polémicas (?) Volvamos...

El estreno de El Halcón Maltés llegaría en Octubre de 1941, unos meses antes del ataque japonés a Pearl Harlbor. Antes y después de la película se vislumbraba un clima social bastante poco optimista y el noir reflejaba esa visión del mundo. Los protagonistas suelen ser antihéroes que se enamoran de una femme fatale -personajes arquetípicos del género-. Es decir, estábamos en un tiempo de desengañosSe suele considerar al año 1958 como el último del noir clásico. 



Luego de El Halcón Maltés seguirían películas como Laura (Preminger, 1944), Double Indemnity (Wilder, 1944) o Detour (Ulmer, 1945). Finalizada la Segunda Guerra empezaría una importante proliferación del género, llegando incluso a países como Inglaterra, con películas como The Fallen Idol (1948) o The Third Man (1949), ambas dirigidas por Carol Reed. En los cincuenta tendríamos algunos film noir que se acercaban a otros géneros y se animaban a diversificar las historias, hablando sobre temas variados como: la industria fílmica, el mundo del espectáculo y los deportes. También la estilización se volvería más compleja. 


Se suele considerar al año 1958 como el último del noir clásico. Curiosamente, ese año salió una de las mejores películas del género, como es, Touch of Evil del magnífico Orson Welles. Para fines de los cincuenta ya teníamos películas bastante diferentes a las que caracterizamos antes, y la cosa siguió con las películas francesas que ya mencionamos -que reversionan bastante al género-. Esto quiere decir que nacía el neo-noir, que tantas alegrías nos daría.  



El cine dentro del cine:

Durante los últimos años nos acostumbramos a ver distintas películas “meta”. Es decir, películas que hablan sobre películas. Sin embargo, esto no es nada nuevo. Como les decía, para los años cincuenta, los temas que abordaban los noir se fueron diversificando y, por eso, llegaron a reflexionar sobre la misma industria que los producía. 


Para esta entrega elegí dos películas “meta” sobre guionistas. No te vayas, te prometo que son bastante divertidas. Las películas en cuestión son: In a lonely place (Ray, 1950) y Sunset Boulevard (Wilder, 1950).


In a lonely place tiene como protagonista a un guionista que no está en su mejor momento. Eso cambia cuando conoce a una mujer que le da una perspectiva distinta de la vida. Por supuesto que no estamos frente una película romántica: nuestro guionista es bastante violento, y su novia empieza a sospechar que puede ser el perpetrador de un asesinato que lo tiene como principal sospechoso. La película tiene a un gran Humphrey Bogart y a una gran Gloria Grahame. Además, logra generar una tensión e incomodidad impactantes. Está maravillosamente filmada, y esto resulta evidente cuando tenemos a un cineasta de la talla de Nicholas Ray en la silla de director. Creo que esta película nos es bastante útil a la hora de pensar la idea de desengaño que saqué a relucir varios párrafos atrás. Hay un claro desengaño amoroso, y la mujer enamorada tiene que luchar contra la idealización de su pareja. Lo interesante de la película reside en los matices de nuestro guionista, Dix. Es un veterano de guerra, y si bien es capaz de la más extrema violenica, parece conmoverse con personas a las que el paso del tiempo les fue cruel. Claro que esto no justifica sus acciones, pero le da a Bogart un vehículo expresivo diferente, y por eso se dice que fue su mejor papel. 



Sunset Boulevard es para mí la mejor película del género, porque sabe combinar humor negro -véase la tan particular escena funeraria- con personajes psicológicamente profundos y, a su vez, nos habla sobre la transición del cine silente al sonoro. Como si esto fuera poco, la película es meta por dónde se la vea: está protagonizada por una estrella del cine silente -caída en desgracia- como fue la increíble Gloria Swanson y coprotagonizada por un gran director del período como fue Erich Von Stronheim. Tanto la actriz como la protagonista tienen su momento de gloria. El protagonista masculino es un guionista venido a menos huyendo de sus acreedores. Por un lado tenemos a una actriz ermitaña, completamente alejada de la realidad, que sueña con volver al estrellato. Por el otro a un guionista, de dudosa moral, que decide aprovecharse de la fortuna de la actriz. 



Como vemos, en ambas películas tenemos a protagonistas masticados y escupidos por la industria del cine, que son “empujados a la delincuencia”. No es extraño que los protagonistas masculinos sean guionistas: una de las profesiones más ingratas en el mundo del séptimo arte. Recordemos que en esa misma época teníamos la lista negra de Hollywood, que afectó especialmente a guionistas, como Dalton Trumbo.


Anuncios matutinos: 

Hasta aquí llegó la edición de hoy... ¿Disfrutaste la edición de hoy?¿Sumaste películas a tu watchlist? 
Si las respuestas son afirmativas podes hacer muy feliz a alguien diciéndole que se puede suscribir aquíTambién me podés escribir al mail si tenés comentarios, sugerencias o propuestas (? 
Si te interesó el tema y querés profundizar podés leer mi artículo sobre Orson Welles donde hablo de dos de sus tres noir, chequear mi lista de Letterboxd que tiene casi 30 películas del género o pegarle una ojeada al libro “Film Noir: films of trust and betrayal” de Paul Duncan. 

 




sábado, 13 de agosto de 2022


Doble Función #4: 1968

Hoy retomamos nuestro camino luego del paréntesis de la edición anterior. En la edición número dos hice la “promesa” de hablar sobre dos géneros. Esos géneros eran… Pará, no te voy a arruinar la sopresa o, más bien, voy a especular con que olvidaste cuáles son. 

Para empezar, me gustaría hablar sobre los prejuicios.No te asustes, no hablo de prejuicios raciales. Me refiero a los prejuicios que tenemos hacia determinados géneros o épocas del cine. 


Desde muy chico fui expuesto a un capital cultural, como mínimo, interesante. Desde que tengo uso de memoria siempre tuve acceso a películas en VHS. Un poco más de grande ya me llevaban a alquilar películas a Blockbuster y también al cine. De esta manera, entre los ocho y diez años de edad había visto películas como Spiderman (Raimi, 2002), Harry Potter (Colombus, 2001), Matrix (Wachowski, 1999) o incluso ¿¡El Cazador de Wolfcreek (McLean, 2005)!? Más adelante, con la popularización de las películas en VCD y DVD tendría aún un mayor acceso a películas muy variadas. Por supuesto que no veía algunas películas que “no iba a entender”, y desarrollé algunos prejuicios contra ciertos géneros: había visto muy pocos musicales, pocas películas de los ochenta y muy pocos westerns. 


(De)formación Cultural:



Como ya señalé en la introduccción, me crié con algunos prejuicios hacia determinados tipos de películas, y por qué no hacia estilos musicales. Por estos prejuicios, hasta diciembre del año pasado había visto solamente dos Spaghetti Western en toda mi vida y eran dos que venían con el tema del prestigio: El bueno, el malo y el feo (1966) y Érase una vez en el oeste (1968), ambos del gran Sergio Leone. Los vi en Netflix hace como cinco años, pero prácticamente no me los acuerdo. Por este motivo, considero que mi bautismo con el subgénero fue recién en Diciembre del año pasado con Django (Corbucci, 1966). Aquí me encontré con una película sorprendentemente violenta, locaciones llenas de barro, buena música y una importante dosis de entretenimiento ¿Cómo conocí a este increíble director? Esto fue mérito de uno de los más grandes cinéfilos contemporáneos: Quentin Tarantino


Luego de un rewatch de Once upon a time in Hollywood, me surgió la curiosidad de trackear alguna de sus referencias y ahí llegué al cine del, injustamente denominado, “el otro Sergio”. A partir de ahí caí en un agujero negro que me llevó a ver ocho Spaghetti Western y a poner en mi watchlist muchos más. Bueno, luego de esta introducción penosamente autobiográfica, ya te habrás dado cuenta que hoy cumplimos la promesa de hablar sobre el “western all'italiana”.




Por un puñado de historia(s):

Para los años sesenta, la época de oro de los westerns americanos había terminado. Empezaban a perder popularidad como buena parte de los productos del viejo Hollywod -transición de la que hablamos acá-. La gran mayoría eran producciones pequeñas y con personajes bastante maniqueos: el malo era muy malo y tenía un sombrero negro, y el bueno era muy bueno y tenía un sombrero blanco. Durante ese tiempo, Italia se estaba recuperando de los efectos del facismo y la Segunda Guerra Mundial. Durante esa época gran parte de Europa empezó a tener un mayor acceso a películas norteamericanas. Eso produjo que admiradores del western como Sergio Corbucci y Sergio Leone, quisieran hacer los suyos. 


Ambos directores venían de dirigir Peplums, que eran básicamente películas épicas italianas. Mientras Corbucci ya contaba con un amplio curriculum como director en los sesenta, Leone también contaba con un amplio curriculum, pero como asistente de director y segunda unidad. Sin embargo, fue Leone el padre de la criatura, al estrenar en 1964 Por un puñado de dólares, con un relativamente desconocido Rick Dalton, ehmm digo Clint Eastwood. En esta película Leone ya demostraba su elegancia y capacidad para la puesta de cámara. Per un pugno di dollari rompió la taquilla italiana y provocó que todo productor con deseos de obtener un puñado de dólares más tratara de imitar la fórmula de la película de LeoneA pistol for Ringo (Tessari, 1965) fue una de las primeras en seguir sus pasos y luego muchas más la siguieron, hasta aproximadamente 1975/76. Vale la pena mencionar que de 1976 es la genial Keoma, de Castellari, pero es una rara avis para el momento. Tan rara que tiene a un Franco Nero ¿¡hippie!? 


Ahora probablemente te estarás preguntando cuál era esa fórmula de la hablamos. ¿Qué caracterizaba a un Spaghetti Western? Estar protagonizado por un antihéroe que persigue intereses individuales, ser más violento y tener más acción que los westerns americanos. Los soundtracks son increíbles y diferentes (con compositores como MorriconeBruno Nicolai o Francesco De Masi), y no tenemos sonido directo. Por supuesto que se podrían mencionar varias características más, pero esto es un newsletter y no un dossier (?




Érase una vez en 1968:


Hecha esta introducción, que al final quedó bastante larga, las películas que elegí para esta entrega son: Il mercenario e Il grande silenzio, ambas de 1968 y dirigidas por Sergio Corbucci

Ese año fue un buen año para los spaghetti western, ya que también tuvimos Érase una vez en el Oeste y la muy divertida Django, prepare a Coffin de Ferdinando Baldi. Probablemente uno de los mejores años del subgénero, y solamente superable por 1966. A nivel histórico la cosa estaba un poco más complicada.. Tuvimos varios asesinatos políticos como el de Robert Kennedy -y algunos más importantes de los que vamos a hablar después- y diversas revueltas/revoluciones como la Primavera de Praga. Ahora quizás se entiende un poco más por qué las películas de esa época -tanto las italianas como las estadounidenses- no escatimaban en sangre. Al parecer la violencia social/estatal informaba a las películas y no al revés, como nos quieren hacer creer. Pero bueno, volvamos a las películas...


De estas dos películas de CorbucciIl mercenario es la más relajada, gracias a sus elementos de comedia y a un gran manejo de la espectacularidad que se manifiesta en las, muy entretenidas, escenas de acción. Sin embargo, esto no quita que sea una película política: recordemos que estábamos en el año del Mayo Francés. Aquí Corbucci reflexiona sobre la revolución, las ideologías y sobre cómo ambas se pueden ver comprometidas cuando hay intereses económicos detrás. Aquí tenemos a Kowalski, una protagonista individualista y motivado por el dinero, pero de buen corazón. Si querés investigar, te cuento que Il mercenario pertenece a un subgénero dentro del subgénero, que es llamado Zapata Western (ambientados durante la revolución mexicana). Ese

"cambio" de locación no nos va a resultar tan extraño al recordar que Estados Unidos apropió/invadió territorio mexicano a fines de 1840. 

 



Il grande silenzio, en cambio, es una película mucho más oscura y con un final bastante anticlimático. Tiene la característica de ser uno de los pocos Spaghetti Western de la época filmados en la nieve, lo que lo hace verse muy bien. Aquí tenemos a un protagonista mudo -silenciado si se quiere-, interpretado por el querido Jean-Louis Trintignant (que nos dejó hace sólo diez días si leíste esta edición en tiempo y forma). Silenzio o Gordon, a diferencia de Kowalski, si tiene el deseo de ayudar a los desposeídos y por eso *ALERTA SPOILER* paga las consecuencias. Aquí los grandes enemigos son los Bancos y el Estado. El antagonista es un psicópata llamado Loco o Tigrero, interpretado por, un actor con los mismos rasgos, Klaus KinskiMientras que Il mercenario es una película más descontracturada, Il grande silenzio es una película más solemne, influenciada por los asesinatos de figuras políticas como Martin Luther King, Malcom X, o el Che Guevara.




Elegí estas dos películas porque aquí se puede ver la evolución de los personajes: mientras uno es pragmático e individualista –y sobrevive-, el otro se preocupa por el bien de los demás –y muere- ¿Un mensaje un poco sombrío no? Pero bueno, así era Corbucci. Me parece que también son interesantes para pensar cómo en un mismo año el zeitgeist puede pasar de ser esperanzador y comunitario a ser nihilista y oscuro. De esta forma, no parece tan extraño que en Noviembre de ese año ganara las elecciones Nixon.


Anuncios Matutinos


Hasta aquí llegó la edición de hoy... ¿La disfrutaste?¿Sumaste películas a tu watchlist? Bueno, quizás sean demasiadas preguntas. Pero si las respuestas son afirmativas podes hacer muy feliz a alguien diciéndole que se puede suscribir aquí. También me podés escribir al mail si tenés comentarios, sugerencias o propuestas (? 

Si te interesó el tema y querés profundizar podés chequear mi lista de Spaghetti Western, ver el documental Django & Django o ver este video de YouTube (subtitulado en Inglés). 


 


­