La Cordillera (2017):
Duración: 114 Minutos
Director/a: Santiago Mitre (El amor - primera parte, El Estudiante, La Patota)
Guión: Mariano Llinás
Santiago Mitre
Actores/actrices: Ricardo Darín
Érica Rivas
Dolores Fonzi (El Aura, El Crítico, Nieve Negra)
Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia
Coproducción franco-hispano-argenta, nominada al Premio Un Certain Regard del Festival de Cannes. Además de contar con un soberano elenco nacional -podría decirse que los mejores participan de la cinta- contó con estrellas internacionales como Elena Anaya y Christian Slater.
Santiago Mitre tiene cinco películas en su haber -como director-, pero como escritor también se encargó del guión de películas como Carancho o El Elefante Blanco. Un elemento común a los escritos, y películas del director probablemente sea el cinismo para con la política, y en La Cordillera está llevado a su máximo esplendor. Éste cinismo, dista del expresado en El Estudiante, por ejemplo, donde parecía poseer un sentido propagandístico del apoliticismo y una crítica de poca profundidad intelectual. En la película que aquí reseñamos, hay una ironía y oscuridad en la lectura política digna de grandes filósofos, como Friederich Nietzche, o Arthur Schopenhauer. El retrato de las operaciones políticas internacionales como las nacionales poseen una credibilidad insospechada, a través de una inteligencia y acidez muy lúcida.
Al ser La Cordillera un drama político -a mi parecer también integra elementos de suspenso- la pregunta por el realismo -tomémoslo en sentido baziniano- de la representación es necesaria: aquí hay una muy buen trabajo de una cámara (Javier Julia) escurridiza que parece invitarnos a veces a inmiscuirnos secretamente en los momentos más íntimos de figuras políticas claves y en otros toma la primera persona con la figura de Hernán Blanco (Ricardo Darín), todo ésto gracias a travellings, planos detalle y planos generales articulados por una edición algo hiperactiva. A la perspectiva intimista y a la vez oscura ayudan enfoques muy cercanos, y un manejo magistral no tanto de la luz, sino de la oscuridad de las escenas. La articulación de la trama tiene la particularidad de tener ciertos elementos de suspenso -con una estética bastante lyncheana- que desvían a la película de su motus central y finalmente tampoco quedan lógicamente resueltos, por lo que hay cierta pérdida de dinamismo.
Otro aspecto que ayuda a generar realismo pero a la vez magnanimidad es la gran producción de la cinta de Santiago Mitre, teniendo locaciones (Valeria Perez Delgado) visualmente mágnificas y arquitectónicamente imponentes, un muy cuidado diseño de producción y un elenco de gran calidad. Las actuaciones quizás no sean un punto muy alto -se podría esperar un poco más de tremendos actores y tremendas actrices- siendo quizás la labor más destacada la de Dolores Fonzi -como Marina Blanco-. La quinta película de Santiago Mitre, es probablemente el gran estreno argentino del año. No sólo muestra el estilo pulido de un director inteligente, sino que es respaldado por una gran producción -siendo una producción nacional tuvo el atípico presupuesto de 6 millones dólares- y un mejor elenco.
Mi Calificación: 8 (ocho) Muy Buena
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