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miércoles, 30 de agosto de 2017

Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas (2017):
-Valérian et la Cité des mille planètes-

Duración: 137 Minutos
Director/a: Luc Besson 
Guión: Luc Besson
Actores/actrices: Dane DeHaan (Kill Your Darlings, El Sorprendente Hombre Araña 2: La venganza de Electro, La Cura Siniestra)
Cara Delevingne (Ciudades de Papel, Kids in Love, Escuadrón Suicida)
Clive Owen (Closer: llevados por el deseo, El Plan Perfecto, Niños del Hombre) 

Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia

Película de ciencia ficción francesa, hablada en inglés, del director que nos trajo una obra maestra como El Quinto Elemento. Con una financiación independiente y un presupuesto de entre 177 y 180 millones de dólares es la película europea de mayor coste de producción -récord que también tiene por ser la película independiente de mayor presupuesto-. Como datos curiosos: Cara Delevingne y Dane DeHaan ya trabajaron juntos en Tulip Fever (2017), y la cinta está basada en los cómics Valérian y Laureline.


La obra de Luc Besson, no está exenta de contradicciones, cosa que es respetable -todos los seres humanos somos contradictorios en cierto punto-. Sin embargo, Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas parece ser una de las más grandes e irresolubles contradicciones del cineasta parisino. Él siempre es o parece crítico del modo de producción de películas hollywoodense -para ésto se puede leer su crítica a las películas de súper héroes norteamericanas- pero sin embargo ésta película parece responder muy bien a éstos parámetros (no por la forma en que fue producida en sí, sino por sus arquetipos). Ésto se ve en aspectos tales como: un "dinamic duo" compuesto por una pareja -blanca, heterosexual-  en planes de casarse, la exagerada cantidad de escenarios, personajes y efectos visuales, y el estilo soup ópera de la misma (con muchas reminiscencias a Star Wars).


Besson probablemente sea uno de los directores más cultos de la historia del cine, y ésto se evidencia en películas como ésta -referencias a Rimbaud, a Shakespeare y otros- y Lucy, por ejemplo. De hecho, la escena donde se introduce a Bubble (Rihanna) es una de las más eróticas que me ha tocado ver en el cine, y hay una lectura muy clara de la construcción de la sexualidad occidental. Sin embargo, a pesar de esa inteligencia, se evidencia que tal escena está construida únicamente para el público heterosexual masculino. Aquí y en la construcción sexista del personaje femenino principal -Seargent Laureline (Cara Delevingne), que dicho sea de paso tiene un cuerpo irrealmente escultural- es donde queda opacada tal sagacidad y empiezan a preocupar las contradicciones.


El problema de la película, no obstante, no es sólo ideológico. Cuesta mucho reflexionar sobre cual es el verdadero eje de la cinta, sobre el cual se construye el argumento. La historia queda oscurecida por tanta acción y tantos escenarios. Además, para que el espectador entienda lo que sucede, se debe recurrir al desagradable recurso de contar oralmente lo sucedido en el pasado -tal como si alguien, jugando al ajedrez nos haga jaque mate en pocos movimientos y luego nos explique todo, perdiendo así toda gracia de la jugada-. El desarrollo de la historia tampoco se ve ayudado por performances débiles, quizás el trabajo de Ethan Hawke sea el más interesante. La actuación de Cara Delevingne, es llamativa también, no por ser un gran trabajo, sino por sus reminiscencias a Marilyn Monroe - espero me disculpen la comparación quienes son admiradores de la blonda- reflejado en algunas miradas y guiños particulares. Que la joven modelo, pueda hacer un salto relativamente cómodo del modelaje a la actuación (ya la vimos en Escuadrón Suicida, por ejemplo) es sin dudas un hecho interesante -aunque la presentación de una actriz con un físico irreal aporte poco al cine-.


Hay algunos aspectos de la película que tienen algo para dar, ésto es, por ejemplo la prolijidad técnica de la cinta -cosa esperable para quienes conocemos a Besson-. Los monumentales trabajos de diseño de producción (Hugues Tissandier), dirección de arte (Gilles Boillot, Ben Mauro y otros) maquillaje (varios), vestuario (Olivier Bériot) y efectos especiales (Philippe Hubin y Jean-Christophe Magnaud) son aspectos muy destacados -labores algo sobrecargados éstos últimos dos-. Sin embargo, a veces se producen escenas sobresaturadas visualmente. La música, está a cargo de Alexandre Desplat, y posee el gran nivel al que nos tiene acostumbrados el compositor francés.
A veces, como ejercicio crítico, es interesante hacerse una pregunta algo dramática después de ir al cine: ¿Cambiaría algo si no hubiera visto ésta película antes de morir? Una pregunta más simple sería: ¿Cambió de alguna manera mi forma de ver el cine ésta película o mi visión fuera de ese ámbito? A ésas dos preguntas, la nueva película de Luc Besson me hizo responder negativamente.

Mi Calificación: 5 (cinco) Regular
 

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