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sábado, 22 de diciembre de 2018

Mejores películas del 2018:

Año marcado por una fuerte crisis económica, que no sólo se sintió en la reducción del tamaño y locaciones de funciones de prensa, sino que a nivel personal reduje drásticamente mi presupuesto para ir al cine -la entrada sin descuento está a unos fantaseosos 300 pesos-. Esta introducción tiene el fin de excusar cierta falta de riqueza inevitable en la selección, que, sin embargo, en géneros es diversa. 

05. Ready Player One (Steven Spielberg): Probablemente fuera LA película de este año para les amantes de la cultura pop. A pesar de su collage de referencias a los años ochenta, y cierto autotributo, la cinta que representó la vuelta de Spielberg al sci-fi tiene un estilo propio reconocible. Visualmente desafiante, produce cierta ruptura del espacio fílmico, haciendo que el espectador se "deslice entre imágenes". Otro aspecto que la pone dentro de lo destacado del año es su inclusión de une protagonista trans* y su gran música.


04. Halloween (David Gordon Green): borrón y cuenta nueva para la franquicia: la película que vuelve a tener a Carpenter como productor y compositor es una secuela directa de la primera. Con mucha acción, una estética refinada, y una Curtis en un gran momento, la cinta rebasa cómodamente -según mi humilde opinión- a la original.  

La increíble estetización de la violencia habla por sí sola. Lo más atractivo
de la cinta es su equilibrio con la original: toma, respeta, y tributa las cosas interesantes,
pero dinamiza, actualiza y reinterpreta los aspectos que considera necesarios con la suficiente libertad creativa. 
03. El Primer Hombre en la Luna (Damien Chazelle): la primera idea que se me viene a la cabeza cuando pienso en esta biopic es la de manufactura o craft. Su espléndida fotografía (Sandgren) que combina tres tipos de formato, su diseño de producción y efectos visuales le dan un aspecto único. Es aquella, de esta selección, que resonará bastante en la temporada de premios, ya habiendo sido nominada a dos Golden Globe.

Claire Foy merecía estar en la imagen antes que cualquier otre
 porque su trabajo es sencillamente descollante. 
02. Isla de Perros (Wes Anderson): 4 años habían pasado desde el último largometraje del director seis veces nominado al Oscar, y podemos decir que la espera valió la pena: Isla de Perros destaca por la unicidad de sus personajes, el gran elenco que tiene para darles voz, y el siempre magnífico trabajo visual característico de las cintas del autor. La historia podría pensarse como universal, pero la forma en que está contada se caracteriza por un magnífico estilo personal.

Cada plano está pensado. Lo que nos hace considerar a Wes Anderson
no sólo como un gran director, sino también como un gran puestista en escena.
01. Infiltrado en el KKKlan (Spike Lee): Spike es un cineasta muy productivo, por lo que este año tuvimos dos de sus trabajos: siendo el segundo Pass Over, que no se estrenó en el país. Infiltrado en el KKKlan es sencillamente una película que lo tiene todo: humor, tensión, denuncia, y un profundo estilo de autor, sobre todas las cosas. La denuncia no solo implica mostrar la historia racista de Estados Unidos, sino también la posibilidad de otras ontologías: sean fílmicas, culturales y estéticas, siendo aquí la representada por la cultura afroamericana y el antifacismo.

Harry Belafonte, el cantante que popularizó la canción Day-O,
recuenta el brutal linchamiento de Jesse Washington, que fuera racialmente motivado. 


viernes, 21 de diciembre de 2018

Bumblebee (2018):

Duración: 113 Minutos
Dirección: Travis Knight (Kubo y la búsqueda del samurai)
Guión: Christina Hodson 
Protagonistas: Hailee Steinfeld
Jorge Lendeborg Jr. (Brigsby Bear; Shot; Love, Simon) 
John Cena (12 Desafíos, Esta Chica es un Desastre, Guerra de Papás 2)


Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia

La sexta película de la franquicia, no sólo tiene la particularidad de ser la de menor presupuesto de todas, sino también de ser la primera que no es dirigida por Michael Bay. Además de ser la primera cinta live action de Knigth, cuya película debut, Kubo y la búsqueda del samurai, fue nominada a dos Oscars.


Cuando escribí el artículo de Transformers: el último caballero veía con desconfianza el futuro de la franquicia, y para eso momento se proyectaba una sexta y séptima entrega. La sexta llegó, mientras la séptima quedó en suspenso.
Sin embargo, cuando se acercaba la fecha del estreno, imaginé que probablemente hubiera un cambio de tono en esta película: algo más relajado, y más cómico. Esa predicción fue correcta: el cambio de director aportó un desencorsetamiento muy necesario.
Algo que probablemente ayuda al cambio es también tener una protagonista femenina y una guionista del mismo género.
El mencionado humor se presenta a través de cierta lograda ironía, pero se mantiene en el marco de una estructura argumental de fórmula -con sus golpes bajos-, y por lo tanto predecible.


Uno de los atractivos de Bumblebee no sólo es el carismático personaje, sino también la época en que está ambientada: los ochenta -1987 para ser exactos-. Lo que le permite a la película hacer una gran cantidad de referencias (bien elegidas) a la época: desde Alf, Reagan, hasta Indiana Jones.
También da lugar a un magnífico soundtrack (Dario Marianelli) con artistas como The Smiths, Bon Jovi, Duran Duran y Tears for Fears entre otrxs.
A nivel visual hay una fotografía (Enrique Chediak) sagaz, que complementa bien con el trabajo de edición (Paul Rubell): aligera bastante la carga de unos 113 minutos que podrían resultar más largos.
Los efectos visuales están bien logrados, lo que no sorprende, porque es lo que generalmente se espera de Transformers.


Algo que probablemente sí sorprende es encontrarse con buenas actuaciones en la franquicia, lideradas por la confiable Hailee Steinfeld, que a pesar de juventud tiene ya una prolífica y relativamente prestigiosa carrera.
El cambio de tono de este spin-off de Transformers, y su cercanía a la serie original, dan cierta importante solidez a la cinta, que sin embargo no deja de presentar limitaciones importantes, dentro de las que no mencioné, por ejemplo, está la unidimensionalidad de los personajes. 

Mi Calificación: 5,50 (cinco y medio) Regular

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Ciencia Ficción: entre lo atípico y lo tópico (Parte II)

En la continuación del artículo, analizaré tres elementos más que tienen en común las mencionadas películas. Con el lenguaje utilizado para los tópicos, intento insinuar cierta similitud de las narrativas con conceptos marxistas tales como alienación, explotación, opresión o conciencia de clase. Análisis que sin embargo excederá el trabajo y quizás quede para otro artículo. 

3) Revolución radical: los protagonistas arriesgan su vida y la de sus seres queridos en una lucha sin cuartel contra el generalmente maniqueo enemigo. El objetivo trazado suele ser un cambio social radical en una sociedad opresiva.
Hay intentos de cambio radical contra: máquinas en Matrix y Oblivion -aquí es específicamente contra una inteligencia artificial alienígena-, contra gobiernos opresivos: en El Vengador del Futuro, Elysium y Fahrenheit, o contra compañías plutócratas: tal es el caso de Repo Men donde se lucha contra la Unión y parcialmente en Blade Runner, donde la lucha es del un ejército de replicantes contra la corporación Wallace y contra el gobierno -o al menos eso se entiende, de una lucha a favor de la libertad-. En Código 46, si bien no hay una revolución, si hay una lucha de dos personas contra una restrictiva política migratoria, y la ruptura del código que prohíbe la "reproducción genéticamente incestuosa".

La lucha en Matrix siempre es hasta las últimas consecuencias.
En este fotograma, Neo (Keanu Reeves) y Trinity (Carrie-Anne Moss) penetran
fuertemente armadxs el edificio donde se encuentra secuestrado Morfeo (Laurence Fishbourne). 
4) Anagnórisis/conciencia de clase: nuestros héroes viven inicialmente alienados, poco conscientes sobre la situación de su entorno o indispuestos a cambiarlo. Una situación transformadora "involuntaria" es la que los lleva al reconocimiento de su situación y la de su entorno. Los desencadenantes son variados: desde el amor en Código 46 y Fahrenheit, investigaciones en Oblivion, Autómata y Blade Runner, experiencias cercanas a la muerte en Repo Men y Elysium, y cierta semiconsciencia de la condición de extrañez/alienación en Matrix y El Vengador del Futuro -expresado mediante un deseo o curiosidad aquí-.
Claro que parece haber cierta necesidad del descubrimiento en todos los casos, a pesar de cierta fortuna. El destino podríamos decir, o un metódico plan, tienen importantes incidencias en los reconocimientos.

Doug/Hauser en Recall, donde el reconocimiento proviene de la
posibilidad de recordar su pasado, similar situación a la de Jack en Oblivion.
5) Gobierno o compañía tiránica: los escenarios de las películas analizadas son sin lugar a dudas distópicos. En la mayoría hay una importante polarización social, una lucha de clases, y la presencia de grupos excluidos. Escasez de recursos, como cambios climáticos extremos están a la orden del día. Frente a estos problemas y situaciones se han alzado gobiernos represivos o compañías monopólicas poderosísimas.
Ejemplos de lo primero tenemos en Código 46, El Vengador del Futuro, Elysium y Fahrenheit 451. Mientras que del segundo tipo están: la Unión -una empresa que vende órganos sintéticos mediante créditos- en Repo Men, ROC- Robot Organic Century, una compañía que hizo los "peregrinos" para reconstruir el ambiente- en Autómata, y Wallace Co -corporación que absorbió la compañías Tyrell y fabrica replicantes- en Blade Runner. Lo interesante de estas compañías es que son tan fuertes que parecen tener el poder de un gobierno.
No entran en estas categorías ni Matrix ni Oblivion, porque en ellas no se puede establecer la efectividad/realidad de un gobierno, sino que hay máquinas/inteligencias artificiales explotando recursos y personas.

Wallace Co no escatima ni dinero ni espacio para mostrar su dinero
y su poder, además de su poder intimidatorio. Para lo cual es magnífico
tener un diseño de producción soñado. 

martes, 18 de diciembre de 2018

Ciencia Ficción: entre lo atípico y lo tópico (Parte I)

Algo que distingue a la ciencia ficción de otros géneros fílmicos es su inespecificidad, es decir no fue creada para la gran pantalla, sino adaptada a ella. Por lo que un análisis de su código resulta complejo por una parte -considerando la dificultad para separar lo relativo a los libros y a las películas- y simple por otra -viendo los puntos comunes entre narrativas-.
  
La historia del género es muy rica a nivel fílmico: se podría pensar que empieza con Viaje a la Luna (Méliès, 1902) y sigue resultando atractivo e innovador más de 110 años después.
Con tanta trayectoria, tópicos comunes hay en cantidad, siendo el más obvio quizás el descubrimiento y exploración de nuevos planetas.
La idea de este artículo surgió habiendo visto Repo Men (Sapochnik, 2010) y luego El Vengador del Futuro (Wiseman, 2012), películas que a grosso modo tienen poco que ver, pero mediante un análisis particularista, su comunión es notable.
Nombres y más nombres me surgen en la cabeza para vincular entre sí, y voy a hablar de tres remakes -cuando se podría tranquilamente hablar de las originales- pero intentaré limitarme a películas de estos últimos veinte años.

Los personajes de las películas comparadas, ambos son los mejores en lo que hacen y por lo tanto están
sólidamente preparados para situaciones de combate, con el agregado de tener condiciones físicas notables. 

Además de las ya mencionadas, pensaré en las siguientes -selección arbitraria, o no tanto-: Matrix (Wachoski, 1999), Código 46 (Winterbottom, 2003), Oblivion (Kosinski, 2013), Elysium (Blomkamp, 2013), Autómata (Ibáñez, 2014), Blade Runner 2049 (Villenueve, 2017) y Fahrenheit 451 (Bahrani, 2018). Lo interesante de estas películas es que tienen directorxs de tres continentes, por lo tanto los tópicos trascienden a una industria particular.
Sin más preámbulos, los temas son los siguientes:

1) Héroe mundano/proletario: nuestros héroes -si, son todos hombres, tristemente- son personas corrientes (o al menos lo parecen), proletarios con trabajos comunes. Tenemos a Thomas Anderson como programador de computadoras (Matrix), dos investigadores de seguros: William Geld (Código 46) y Jacq Vaucan (Autómata), dos operarios de fábrica: Max Da Costa (Elysium) y Douglas Quaid (El Vengador del Futuro), y un técnico reparador de drones (Oblivion).
Claro que los trabajos de "blade runner", "repo men" y "bombero" (Fahrenheit 451), son menos comunes, lo que no deja de significar que tales personajes -quizás excepto el bombero- sean abyectos como buena parte de los ya mencionados, además de proletarios, con jefes poco amables.

 Los tres trabajos menos tradicionales implican el uso de la violencia física, armas, y el uso de la autoridad. Sumado al rechazo social general -blade runner y repo men- o parcial -bombero- que producen. 

2) Parejas en acción y romance: aún estando en el 2050 o el 2100  vamos a seguir teniendo bastante amor cis-heterosexual, al parecer. Claro que esta relación se hace más compleja cuando hay un "replicante" enamorado de una inteligencia artificial holográfica o un hombre emocionalmente atraído por una humanoide robot.
En esas parejas están desde las fieles compañeras: Rachel en Autómata, Joi en Blader Runner,  hasta aquellas que deben ser "salvadas", en un viejo estereotipo patriarcal: Beth en Repo Men y Frey en Elysium (curiosamente ambos personajes interpretados por Alice Braga) o Cleo en Autómata. Claro que las más interesantes son aquellas que desafían la perspectiva del protagonista y generan un importante cambio en él: tal es el caso de Maria en Código 46 o Clarisse en Fahrenheit.
Es necesario aclarar, de todas formas, que la mayoría de las parejas generan cambios en el protagonista y combaten junto a él: estos rótulos que utilizo, suelen mezclarse.
Lo interesante de Total Recall como de Oblivion es que en ellas la primera pareja no es quien dice ser, y la segunda es la compañera de toda la vida: Melina en la primera cinta, Julia en la segunda.
Trinity en Matrix es quizás la menos catalogable: porque si bien es la fiel compañera, también le abre las puertas del conocimiento y el cambio a Neo -junto a Morfeo-. Sumado a que tiene un rol central en la historia y combate junto al protagonista, pero a su vez es salvada por él. Probablemente ella junto a Melina y Julia, presenten las relaciones con mayor igualdad de género de las cintas analizadas (sumado a la fuerza del rol femenino que encarnan).


En el primer fotograma vemos a las dos parejas de Denis/Hauser: la primera (izquierda) Lori -Kate Beckinsale-
quiere matarlo, mientras la segunda, Melina -Jessica Biel- es su pareja de la resistencia. Mientras que las otras dos imágenes, muestran primero a Vika -Andrea Riseborough- quien fue asignada como la pareja de Jack y a Julia, la verdadera pareja y esposa de Jack. 






miércoles, 12 de diciembre de 2018

 ¿Qué es la MIC Género?: 

MIC es la abreviatura de Muestra Internacional de Cine con perspectiva de Género. Este es un Festival que empezó este 6 de Diciembre y termina mañana 12. Una de sus grandes ventajas es que la entrada a las funciones es libre y gratuita, y tiene nada menos que seis sedes: Centro Cultural San Martín, Club Cultural Matienzo, Centro Cultural Haroldo Conti, Museo del Libro y la Lengua, y Casa Brandon. La idea de la muestra, según su página web es: "ser un foro que invita a cuestionar la forma de ver películas desde una perspectiva de género a partir de todo tipo de producciones cinematográficas." 

Particularmente, como espectador sentí la presencia de una perspectiva fresca, respecto a la tradicional falocéntrica -gran parte de las películas que vemos no solo están dirigidas, escritas y filmadas por hombres, sino también protagonizadas por ellos-.
Esto lo noté con una escena de Paraíso (Falá, 2017), una película argentina con una protagonista femenina. La escena, tenía a Sofía (Marina Arnaduo), despertándose y buscando su celular.
Unx podría preguntarse: ¿qué tiene de particular esa escena?
Es una escena muy común, pero ¿cuántas veces la vimos protagonizada por una mujer? Yo sinceramente no recordé haberla visto nunca, porque siempre o casi siempre, el hombre es el protagonista, y tenemos su subjetividad, no la femenina.

Fotograma de Paraíso, que, si bien no me dejó mucho a nivel
guión, si generó en mí una reflexión sobre el modo de producción
falocéntrico de la industria del cine, tanto estadounidense como argentino. 
Ese mismo Domingo, tuve la oportunidad de ver el documental Silvana (Gustafson, Kastebring, Tsiobanelis, 2017), sobre la rapera sueca Silvana Imam. Esta cinta no sólo es magnífica por presentar un relato íntimo de la compleja vida de la rapera y su activismo político, sino también por todo su elenco de mujeres: desde las directoras, las productoras, hasta la edición y la música.
Demás está decir que la música de Silvana es interesantísima.
El punto que hace a la película muy llamativa, es que sería difícil verla en otro lado: porque difícilmente una cadena de cines pase un documental sobre una rapera feminista y lesbiana. Es fundamental contar con el punto de vista de la protagonista, por los entrecruzamientos de las opresiones patriarcales que vive.
Poster de la película, que muestra a la rapera,
caracterizada por su lucha feminista, anti homofóbica, y anti racista. 
Hoy, Martes, presencié, también en el San Martín, la selección de Cortos 1, que contaba con:
El sonar de las olas (Ortega Castillo, 2018), Tita, tejedora de raíces (Morales García, 2017) e Y es así. Una mirada al movimiento lésbico feminista en México (Chinos Salgado, 2018).
Los dos cortos que me parecieron más interesantes fueron el primero y el último.
El primero, por tratar de una adolescente que lucha contra corriente y marea para derribar las imposiciones de su entorno, llevando al máximo sus posibilidades. El último por presentar una historia completamente desconocida para la media de las personas: la historia de un feminismo lésbico. Más allá del localismo de la historia -un poco ajena a nosotrxs como argentinxs- tiene algo de universal, o al menos latino, respecto al énfasis marcada represión de la sexualidad, y particularmente la exacerbada misoginia hacia mujeres lesbianas de este siglo y del pasado.
Luego me quedé a ver el documental Siempre andamos caminando (Urbina Mata, 2017), sobre tres mujeres migrantes, que dejan su ciudad para trabajar y poder enviar remesas a sus familias.

Fotograma de "Y es así (...)", documental corto donde las activistas
destacan que ser lesbiana es una decisión política, y un modo de vida. 
Mañana, Miércoles es el último día de la muestra, al cual asistiré, nuevamente en el Centro Cultural San Martín. Sinceramente es un festival con una misión muy clara y en contexto con la realidad actual de violencia contra los géneros no masculinos cis, por lo que realmente vale la pena ojearlo y aprovechar la gratuidad de su entrada -también disfrutar de su perspectiva no masculinista-. 
Cabe destacar que el cierre per se es en el Centro Cultural Matienzo. Como la intención de este artículo es fomentar la asistencia, la última imagen del mismo es del programa del último día.