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sábado, 19 de diciembre de 2020

 

Las Mejores Películas del 2020: A personal journey 

El año 2020 fue devastador por la cantidad de muertes que provocó la pandemia. También tuvimos una fuerte crisis económica mundial y la subsecuente pérdida de empleos. Además de crisis personales, sociales y políticas.


A nivel cinematográfico tuvimos, según mi criterio un año mediocre. Hubo una gran cantidad de estrenos que fueron pateados para el año que viene, y otros que todavía no sabemos cuándo estarán disponibles. Algunas postergaciones fueron las de Dune de Dennis VilleneuveNo time to Die.

Para América Latina nos quedaron distintas películas en el limbo: recuerdo Tenet -ahora ya disponible- de Christopher Nolan o Rifkin's Festival de Woody Allen. También nos enteramos hace un tiempo que en el 2021 Warner estrenará en simultáneo películas en salas y en streaming. Esto afecta a películas como: The Conjuring: the devil made me do it, The Suicide Squad, In the Heights, y Matrix 4.

Más allá de las bajas que no podemos terminar de estimar, como el cierre de salas de cine arte, problemas económicos de pequeños o medianos festivales, revistas y demás, tuvimos un hecho afortunado: contamos con la apertura de Festivales Internacionales de Cine al gran público. En ese marco pude ver distintas cosas en el Festival Asterisco, el Festifreak, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, o el Festival Buenos Aires Rojo Sangre.

Otro hecho que vale la pena mencionar es la exposición que recibió el cine nacional gracias a ciclos como los del Malba o , o el aumento de visualizaciones en plataformas argentinas gratuitas como Contar o Cinear Play.
Gracias a esto mi lista de las mejores películas del año es diversa, y diferente a otras de distintos años. Teniendo así presencia latinoamericana y hasta africana. Sin más dilaciones, mi lista tiene dos menciones honoríficas y un top 5, y por supuesto, me ciño a películas que su estreno -sea donde sea- fue únicamente en 2020, no que haya llegado a Argentina este año.

Mención Honorífica N°1: 

ВОRДТ Subsequent Moviefilm (Jason Wolliner): 

Con un director prácticamente ignoto -lo único digno de mención que tiene es haber dirigido algunos capítulos de The Last Men on Earth- tuvimos la vuelta de BoratLa cinta de Amazon Prime Video no posee ningún tipo de proeza técnica pero si buenas actuaciones de las que destaca especialmente la joven actriz búlgara Maria Bakalova y un Sacha Baron Cohen muy comprometido en su rol. La vuelta de Borat resultó necesaria para mostrar el estado de situación de Estados Unidos. Teniendo un presidente misógino, racista y negacionista de la pandemia eso necesariamente se iba a reflejar en la población del país. Borat es un sátira política que no abandona la acidez de la primera entrega y hace reír a carcajadas a los espectadores. 


Mención Honorífica N°2: 

Dick Johson is Dead (Kirsten Johnson): 

Johnson ya venía con cierto renombre en el circuito independiente y especializado por Cameraperson (2016), y por haber sido la DP de Laura Poitras en Citizen Four (2014). Aquí, no obstante logra dar un salto adelante en cantidad de audiencia al tener su documental en Netflix. En él la cineasta pone en el centro de la narración a su  padre de 86 años, y para enfrentar su eventual muerte lo hace recrear escenas posibles de cómo podría suceder. Hábilmente Kirsten mezcla la ficción con la fantasía y termina componiendo un relato desgarrador de cómo la vejez deteriora la mente humana. 


05. El tango del viudo y su espejo deformante (Raúl Ruiz): 
En el quinto puesto elegí una película que pude ver en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. La exhibición de la misma implicó un proceso similar al de Al otro lado del viento de Orson Welles en ambos casos el director había fallecido, dejando el proyecto inconcluso. La película a la que estoy haciendo referencia es El tango del viudo y su espejo deformante de Raúl Ruiz, la cual fue filmada en el año 1967 y fue terminada en el año 2020 por Valeria Sarmiento, su viuda, que a su vez comparte el título de codirectora. Contradiciendo a Wikipedia, esta película tardó más años en estrenarse post-filmación que Al otro lado del viento -la película de Ruiz tardó 53 años, mientras que la de Welles 42-. Raúl Ruiz fue un cineasta chileno cuyas películas poseían un tono surrealista, y experimental. Esas características se pueden apreciar en El tango del viudo y su espejo deformante. Filmada en blanco y negro, con una elegante fotografía es una película que trata sobre un fantasma que acecha a un profesor: el fantasma de su esposa. La película puede dividirse en dos mitades: la primera que va hasta la muerte del profesor, y la segunda que es un rewind de las escenas anteriores, para generar al final una vuelta de tuerca macabra. Por supuesto que se hace un poco tedioso ver las mismas escenas de antes con rewind, lo que hace que no esté más alta en las posiciones de mi lista, pero no quita lo extraño y buñuelesco a esta obra de arte -porque si, es una Obra de Arte-. 


04. Mank (David Fincher): 

Uno de los estrenos de Netflix más esperados del año, el mérito de Mank está principalmente en contar la historia de un guionista, para generar un relato alterno sobre la realización de una de las películas más relevantes de la historia del cine como es El ciudadano Kane (Welles, 1941).

Probablemente lo mejor de la película sea su guión, aunque también se disfrutan los guiños a la película de Welles, y la actuación de Gary Oldman. Tengo mis problemas con las decisiones técnicas empleadas en la película y también en parte con el trabajo de Oldman, por eso no está más arriba en el ranking.


03. Fried Barry (Ryan Kruger): 

Ópera prima sudafricana que nos llegó de forma legal y gratuita gracias al Festival Buenos Aires Rojo Sangre. Es una película que no estaba en mis planes hasta hace unas semanas. Luego ya saben toda la historia siguiente: la entrevista que le hice al director que pueden leer acá y acá (son dos partes), escuchar bellamente editada acá y ver acáLa empecé a ver con pocas expectativas, porque no la conocía –aunque recordaba haber visto el trailer hace tiempo-, y me llevé una muy grata sorpresa. 

Es una película de género, que aprovecha una gran estética para contar una historia que mezcla truculencia, ciencia ficción y comedia. Está con toda justicia en el tercer puesto porque es una bocanada de aire fresco, y realmente es muy disfrutable. Por más joy rides como estos. 

Mi Reseña


02. Adiós a la memoria (Nicolás Prividera): 

Podríamos vincular el esfuerzo de Prividera con el de Kirsten Johnson: ambos son documentales y hablan de la cercanía de la muerte y el deterioro de la mente humana en la vejez. No obstante, la cinta de Prividera tiene algo que nos interpela como argentinos al explorar el pasado político reciente como el actual. También destaca por su simpleza: no es mucho más que material de archivo y un relato. Por supuesto que el relato es brillante: tenemos en él problemas filosóficos, políticos, y relaciones conceptuales muy particulares con la historia del cine y la literatura. Pero lo más interesante es su visión no idealizada de la familia en general y en particular la relación entre un padre y su hijo. 


01. I'm thinking on ending things (Charlie Kaufman): 

Quienes conocíamos a Kaufman con anterioridad éramos conscientes de su talento, gracias a guiones como el de Being John Malkovich (Jonze, 1999), El eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Gondry, 2004), o El Ladrón de Orquídeas (Jonze, 2003). Pero con I’m thinking on ending things lo tenemos en otro nivel, con una película muy superior a sus otras obras como director. La cinta de Netflix posee un nivel de extrañeza y calidez sorprendente que le da un tono íntimo y melancólico. Con un gran elenco y sólidas actuaciones, es una película difícil de entender pero de una belleza prosística y estilística inusitada. Solamente diré esto para no sobreanalizarla y que si no lo hicieron, vayan a verla. 

PD: cuenta la leyenda que escribí una bonita crítica, pero blogger me lo borró por el peso del mismo. F por mi. 


 



viernes, 18 de diciembre de 2020

Entrevista a Ryan Kruger (Director de Fried Barry): Parte II


En la segunda parte de la entrevista nos metimos en aspectos más específicos de la película: cómo fue el rodaje, la producción y la tan particular fotografía. Además Ryan nos habla un poco de cómo fue trabajar con el tan peculiar actor que encarnó a Fried Barry: Gary Green

"Las personas que la aman la difundirán; las personas que lo odian también la comentarán porque simplemente no la entienden. Y eso está bien, está bien si no la entienden (...) Siempre digo: hay muchas películas con las que nos sentamos y vemos 10/20 minutos o las vemos completas y luego decimos "eso fue una mierda, no voy a ver eso de nuevo". Y ni siquiera le hablas de ella a tu amigo. Lo bueno de Fried Barry es que es imposible verla y no hablar de Fried Barry después".  


P9P: Dijiste que podes hacer casi todo lo que quieras en una película y pensaba: esa no es una libertad habitual entre directores. ¿Cómo fue la producción y financiación de la película?

 RK: A lo largo de los años, me he acercado muchas veces a hacer una película con productores que decían "Oye Ryan, queremos trabajar contigo, queremos hacer esto..." Y luego se desvanece, no sucede. Viene otro productor: es la misma mierda, y luego se desvanece. Con Fried Barry hablé con mi productor James C. Williamson.Solo lo conocía desde hace un mes, pero llegué a un punto en mi carrera y mi vida personal y donde estaba en ese momento en el que me dije a mí mismo: 'No puedo esperar más, no puedo esperar a los estudios. Y a esta gente para decir que podríamos hacerlo o que quizás no lo hagamos. 'O' sí, lo haremos el año que viene ', porque el tiempo pasa y si no haces la movida, nunca sucederá.

Tenía bastantes guiones que podría haber filmado pero, luego, cuando se me ocurrió la idea de Fried Barry, supe que era la idea que debía hacer. Los otros guiones probablemente hubieran sido mucho más fáciles de filmar, pero cuando tuve la idea, lo supe de inmediato. Es diferente; es totalmente mía y mi estilo y es lo que quería hacer. Simplemente supe que era la indicada, luego hablé con mi productor y le dije "escucha, quiero hacer una película y quiero hacerla el próximo mes". Me dijo '¿por qué querrías hacerla el próximo mes? Me dijo '¿tienes un guión?' Y le dije que no.

Cuando se me ocurrió la idea, escribí un breve desglose de la escena en un 50%: 'Barry hace esto y Barry hace aquello' y más tarde escribí alrededor de siete u ocho partes del diálogo de la película y el resto fue improvisado en el set (un mes después empezamos a rodar). Todo fue improvisado con los actores en el set, había mucho trabajo de dirección sin embargo, pero al mismo tiempo era como 'está bien, tenemos esta escena y tenemos estos obstáculos, divirtámonos. Entonces, intentemos esto, intentemos aquello". Y luego pasamos del ensayo a la toma de prueba y fue como 'genial, tal vez diga esto o tal vez toma aquello y probemos de nuevo'. Esa fue la magia de cuando estas en el momento, haciendo estas cosas que simplemente se improvisaron y son orgánicas.Siendo yo también actor me encanta trabajar con actores, así que fue genial estar en ese momento y ser espontáneo: no estar predispuesto a algo concreto. La mayoría de las películas que la gente hace son como "esta es la historia, esta es la escena y así es como se va a filmar". Y cuando trabajas en una película como Fried Barry, estás en el momento y dices "OH, gran idea. Hagamos esto o aquello".

Fried Barry fue filmada en el transcurso un año y medio; el rodaje duró 28 días. Pero fue genial, porque era como "planificar, planificar, filmar. Planificar, planificar, filmar". Hubo mucho tiempo de preparación. Mucho material pensado en preproducción entró en lo que estábamos filmando porque podíamos vivir en el momento y tener más ideas mientras estábamos allí.

El único tipo que no improvisó fue Gary Green (Fried Barry) porque no era actor, su experiencia era principalmente como extra. Entonces, con Gary tuve que trabajar muy de cerca para obtener exactamente lo que quería. Había muchas ocasiones en las que la cámara estaba aquí y Barry estaba allí. Yo estaba al lado de la cámara y le decía a Gary "copia mi cara, ahora haz esta cara, está bien, ahora haz esta cara". Obtuve todos estos momentos para la edición, así que cuando llegué allí, es como si estuviésemos acertando todos los acordes y eso lo hace más divertido y parece que él está acertando a todas esas notas de comedia. Pero tuve que trabajar con él muy de cerca, porque no es actor.

 


El trabajo con Gary Green:

La película es Fried Barry (se refiere al personaje); no podría hacerlo sin Gary Green. Tiene ese aspecto y lo que yo quería para el tipo de personaje: el imitar a otras personas y cosas por el estilo. Es gracioso porque mientras él es el extraterrestre, imita a otras personas y luego, cuando lo dirijo, me imita a mí.

Fue un proceso muy interesante, tuvimos un elenco increíble, un equipo increíble haciendo esta película y Gary dio un 120%. Creo que sabía que esta era su oportunidad como protagonista de una película y siempre tenía ganas de hacer otra toma. Era perfecto para el papel. Nadie podría hacer el papel mejor que Gary porque tiene ese aspecto, tiene esa presencia. Y como dije antes, quería ese personaje icónico y él tiene ese aspecto icónico: nadie se parece a él. A lo largo de los años, la gente siempre intenta crear ese nuevo personaje icónico. En el pasado, tuvimos a Freddy Krueger o Jason o Michael Myers, y siempre se intentó crear personajes con máscaras, o monstruos y cosas así.

Con Fried Barry quería hacer ese personaje. Su camisa de jean y su pantalón –también un jean-, es como su uniforme de Superman, eso es lo suyo. Se trata más de la cara y eso es todo. Hubo mucha preparación para la película y el personaje.

Para la escena de Baby Barry en la película, muchas veces le enviaba mensajes a Gary y le decía 'debería sonar así' y hacía esta voz rara y luego Gary me enviaba un audio haciendo la voz y yo le decía “no, no, tiene que ser de esta manera”. Eso fue divertido. Y yo le decía 'mira El joven manos de tijera. Quiero que camines de forma extraña" y cosas así. Se filmaron muchas cosas de la preproducción y mejoró la película el hecho de filmar en el transcurso de un año y medio porque tuvimos mucho tiempo para hacer la preproducción y hacer las cosas bien.

 P9P: Me contabas que el rodaje fue discontinuo.

 RK: Sí, fue un rodaje bastante discontinuo. Fueron 28 días en el transcurso de un año y medio. Así que construí la película en torno a Gary y Fried Barry para hacerla funcionar con el personaje y con el rodaje. Entonces, la principal continuidad de la película fue Fried Barry. Fried Barry es básicamente una road movie sin el auto, Barry es el auto. Entonces, la continuidad es dada por él. Cada persona que conoce tiene una aparición fugaz, está librada del asunto, no necesita volver. Las únicas personas que regresan son: su esposa y la prostituta. Nadie más vuelve. Entonces, la principal continuidad en la película es Fried Barry, su esposa y la prostituta que vuelve a aparecer más adelante.



P9P: Me comentaste que no escribiste un guión para la película, sino solo el desglose de escenas. Eso, según pienso, puede salir muy bien o muy mal. ¿Estabas nervioso al respecto?

 RK: No realmente. Originalmente vengo de la actuación, así que me encanta la improvisación y me encanta estar en el momento. El briefing de la escena es, por ejemplo, el de la escena del supermercado. Entonces, yo decía: “Barry va al supermercado y hay una cajera en la caja, luego hay una persona que da muestras de comida, luego Barry se pierde” y eso fue todo el resumen de la escena. Entonces, ahora puedes divertirte. Ahora la mujer de la caja está excitada y va a hacer todas estas cosas sexuales con los víveres. Y luego el tipo del queso: originalmente ese actor no apareció en el set, así que mi productor, James, terminó siendo el tipo del queso. Tienes que interpretarlo como este chico gay cachondo y ser gracioso.James hizo un trabajo increíble y fue muy divertido. No podíamos dejar de reír.

Fried Barry emite como una especie de aura que todo el mundo quiera cogérselo. Lo que lo hace más divertido porque lo miras a la cara y dices "no, no me quiero coger a este tipo". Pero eso es lo que estoy diciendo: tienes estos sujetos dentro de una escena y puedes divertirte con ellos.Nada está escrito en piedra porque, entonces, cuando algo está escrito en piedra, sientes que no puedes cambiarlo. Para las grandes películas de estudio, así es como tiene que ser. Eso es lo que firmaste, así que diriges de una manera diferente. No tener restricciones y estar en ese momento te hace pensar "¿y ahora qué?" O "Intentemos esto, o intentemos aquello". La chica de la caja originalmente estaba destinada a asustarse con Fried Barry, y no iba a hacer nada sexual. Simplemente iba a ser como "dile a tu marido que deje de mirarme". Y así fue la primera toma. Ahí pensé “¿por qué no lo cambiamos?”. “Estás caliente y quieres follárselo, pero debes asegurarte de que su esposa no lo vea”. “Usa los objetos como la botella o el papel higiénico de forma sexual”. Luego, mientras filmamos esa toma, supe que esta era la toma. Si el guión se estableciera en concreto, no obtendríamos esa magia y creo que es bueno vivir realmente ese momento y pensar en las 10 cosas que podrían suceder en la escena.

Sin embargo, como director, filmo pensando en la edición. Entonces, estoy ocupado editando mentalmente y sé qué se va a cortar y qué no. Tienes a esos directores que cubren demás una escena como "está bien, vamos a tomar ese ángulo, filmemos desde allí". No necesitas toda esa mierda. A veces es "esto es todo, lo tenemos". Y no necesitamos todas estas otras cosas, esto es todo. Son dos personas hablando y esto es todo lo que necesitamos. Además, no filmo mierda que sé que no voy a usar, y sé que no voy a necesitar. Así que hay que estar en el momento y saber cuál es el tono de la escena y así no necesitas editar y filmar demás. Y eso es tiempo. Al final del día, ese es tiempo que no tienes. Entonces, si estás filmando como 20 tomas de una escena, no sabes qué mierda estás haciendo. Deberías saber lo que quieres y deberías poder conseguirlo. Hacer demasiadas tomas es una pérdida de tiempo. Si sabes lo que quieres y sabes de qué se trata la escena eso es todo y no necesitas filmar demás y no necesitas hacer tantas tomas de una escena o secuencia.

 P9P: La última pregunta está relacionada con la fotografía. Me di cuenta de que usas un lente en particular para los primeros planos, que hace ver extraño al retratado, además usas muchos colores y luces que son muy interesantes. Pero lo central es que la fotografía está supeditada a la narrativa, no estilizas solo por estilizar.

RK: Mi director de fotografía, Gareth Place, hizo un trabajo increíble. Él proviene de la filmación publicitaria, donde todo tiene que verse limpio. Sabe que me encantan las películas de los 80 y le compartí algunas películas de los 80. Y dije 'Me gusta este tipo de luces y sombras. Debe estar oscuro, debe verse como granulado". No quería que mi película se viera hermosa. Es hermosa de una manera diferente: está oscuro y tiene sombras y esas luces rojas, verdes o azules. Ésa era la cuestión. También eran importantes los ángulos y el lente que usábamos especialmente para Barry.

Sabes de qué trata la película y tienes una historia muy sencilla. Pero de eso no se trata la película. La película trata sobre emprender este viaje y sentir lo que Barry está sintiendo, y tú viajas con él. Así que la mayor parte del tiempo me sentaba con Gareth y él me preguntaba “¿Estamos viendo a Barry? ¿O estamos con Barry? ¿Es un plano subjetivo o estamos mirando desde la distancia? ¿O estamos con él? ¿Vamos con él en esta escena? ".

Hay algunas cosas para las Fried Barry está diseñada: está diseñada para hacerte sentir incómodo, está diseñada para ser impredecible, está diseñada para que, cuando termines de verla, digas "OH, solo quiero darme una ducha. Me siento sucio después de ver esta película”. Es casi como si estuvieras en un viaje con Barry o en un viaje como Barry, y puedes verla de esas dos formas diferentes. Por eso digo: Fried Barry es en gran medida el tipo de película diseñada para cierto mercado, cierta audiencia. Aunque también tuvimos un público no objetivo al que realmente le encantó Fried Barry.

Las personas que la aman la difundirán; las personas que lo odian también la comentarán porque simplemente no la entienden. Y eso está bien, está bien si no la entienden. Y si no la entienden o piensan que carece de historia o lo que sea, está bien. Siempre digo: hay muchas películas con las que nos sentamos y vemos 10/20 minutos o las vemos completas y luego decimos "eso fue una mierda, no voy a ver eso de nuevo". Y ni siquiera le hablas de ella a tu amigo. Lo bueno de Fried Barry es que es imposible verla y no hablar de Fried Barry después. Eso es lo que es, para eso está diseñada. Cuando haces algo diferente y tiene un formato diferente al que la gente está acostumbrada a ver, eso es bueno. Es por eso que la gente habla de ella, y para eso está diseñada. Es una ópera prima bastante osada. Llama tu atención y una vez que lo veas, no la olvidarás.

 P9P: Sí, estoy seguro de eso. Muchas gracias Ryan, fue un placer tenerte.

RK: Increíble. Muchas gracias.


 

Entrevista a Ryan Kruger (Director de Fried Barry): Parte I


Conocí la película de la cual pueden ver mi reseña acá en el Festival Rojo Sangre 21, donde dicho sea de paso ganó el premio a Mejor Largometraje y Mejor Actor Principal (Gary Green). 


Fried Barry es la ópera prima del director que tiene un corto homónimo que se puede ver acá, y ha dirigido distintos videoclips musicales para artistas sudafricanos. Quizás de los que más me haya gustado sea Hush de Monark

Como quien no quiere la cosa contacté al director por Twitter, y el tuvo la amabilidad de concederme una entrevista por Zoom de unos treinta minutos, que pueden ver y escuchar

"Hay mucha gente que hace películas y que vienen aquí a filmar desde diferentes países y hacen que todos los actores imiten el acento estadounidense y hacen de cuenta que esto es Estados Unidos. Yo solo quería hacer una película sudafricana que no hayamos visto antes, porque en aquí no hacemos este tipo de películas ni nada parecido".


P9P: Hola Ryan, ¿cómo estás? ¿Cómo te está tratando la pandemia?

RK: Estoy bien, muchas gracias por invitarme.

P9P: No, gracias a vos… Estuve hablando sobre Fried Barry con amigos y era difícil describirla en palabras. ¿Cómo describirías tu película?

RK: Creo que Fried Barry es difícil de describir. La historia es simple, ¿sabes? Se trata de un adicto a la heroína que es abducido por extraterrestres y toman su cuerpo para ir de parranda por Ciudad del Cabo. Pero es solo una película loca y absurda. Quiero decir, cuando miras el póster y ves el avance, es todo lo que dice que es pero es mucho más de lo que esperas. Tiene elementos de terror, de ciencia ficción, mucha comedia y humor negro. Entonces, creo que hay un poco de todo para todos. También es uno de esos tipos de películas que o te encantan o las odias, lo entenderás o no.

P9P: Sí, es una película que quizás no le guste a todo el mundo; es una película de género.

RK: Sí.

P9P: Noté dos cosas particulares en la película. El primero fue el uso del idioma. Escuché dos: afrikáans e inglés, pero Alien Barry no habla ninguno de los dos. El segundo está relacionado con el sonido: es usado de una manera bastante subjetiva. ¿Podes hablar de esas dos cosas?

RK: Quería que la película fuera muy sudafricana. Quiero decir, es una historia muy universal, cualquiera puede entenderla. Es una película de género. Pero, al mismo tiempo, quería ese sello sudafricano. La esposa habla la mayoría de afrikáans en la película. Entonces, tener ese sello sudafricano y ese tipo de personaje áspero y de clase baja simplemente encajaba bien con la esposa, cuando ella estaba discutiendo, gritando y se frustraba. En Sudáfrica mismo, en muchos lugares, mucha gente cambia mucho del inglés al afrikáans. Así que es algo muy común para la gente mezclarlo, mezclarlo mucho.

 Hay mucha gente que hace películas y que viene aquí a filmar desde diferentes países y hacen que todos los actores imiten el acento estadounidense y hacen de cuenta que esto es Estados Unidos. Yo solo quería hacer una película sudafricana que no hayamos visto antes, porque en aquí no hacemos este tipo de películas ni nada parecido. Y definitivamente es la primera película de este tipo que sale de Sudáfrica, ya que hacemos comedias, thrillers y películas históricas. Entonces, era importante tener ese sello y que sea una película orgullosamente sudafricana. Es algo que no habíamos visto antes. Y creo que ese es un punto importante para comunicar a la audiencia: qué tipo de películas estoy haciendo aquí en Sudáfrica. ¿Cuál fue la otra pregunta?

P9P: Quería hablar sobre el sonido. Noté que el uso del sonido en esta película tiene un énfasis en la subjetividad: básicamente escuchamos lo que escucha Barry.

RK: Sí, eso fue algo importante para mí. Es una gran parte de la película el diseño de sonido y la música. Siempre quise a Haezer, quien compuso la música e hizo el diseño de sonido para la película. Era muy importante tenerlo allí. El sonido es una parte muy importante de la película.

Desde el principio, incluso antes de empezar a filmar, quería hacer una película que tuviera el estilo de una cinta de culto (cult style film) y tener ese tipo de personaje icónico que caracteriza a las películas de culto (iconic cult sort of character). Va con todo lo demás: la apariencia, la sensación, el tono, la música, el diseño de sonido y la edición. También en cómo filmamos y los lentes que usamos. Debido a que quería hacer esta película, que tuviera el estilo de una de culto, tenía que permanecer en esta línea y tienes que tener mucho cuidado de pasarte de la línea porque no será esa película que tiene el estilo de una cinta de culto.Por como están yendo las cosas ahora todos los que la han visto han dicho  "OH, esta será una película de culto, sin duda será una película con el estilo de las de culto". Es asombroso escuchar esto, porque eso era lo que estaba buscando. Se mantiene en esa delgada línea.

Había una escena que estábamos editando en posproducción y era muy divertida: una escena en el auto. La editamos de cierta manera, y yo estaba como 'esto es bueno pero es el tono equivocado'. No tenía esa sensación que estaba buscando, y pensé 'tendremos que volver a editar la escena'. Y, a pesar de que era realmente divertida, simplemente no era el tono correcto que estaba buscando. Tienes que volver a esa sensación cinematográfica y esa sensación que trasmite el estilo de las cintas culto para mantenerte en esa línea, para mantenerla en el camino correcto o en el tono correcto de la película.




 P9P: Hace un rato mencionaste la música. Estaba pensando que es poco común que las películas de terror usen el tipo de música que tiene Fried Barry. ¿Podría describirse como electrónica?

 RK: Sí. Estoy inspirado por muchas películas de los 80, las cuales son mis favoritas.

Por el decorado, la apariencia, los colores y la música la película tiene un tono contemporáneo. Pero también tenía un trasfondo como el de los 80, había algunas partes épicas de la película en las que suplicaba por Hans Zimmer o algo parecido al estilo de John Carpenter. Para crear ese tono adecuado a lo largo de la película hay una determinada mixtura. La música es una parte importante de la película, la gente olvida lo importante que es la música. Todos los que ven la película siempre dicen "Dios mío, la música es increíble". Hay tantas partes geniales en la película.

 P9P: Fried Barry es tu primer largometraje, pero antes dirigiste algunos videoclips musicales ¿Cuáles son las diferencias entre esos dos lenguajes audiovisuales?

 RK: En Sudáfrica siempre fui conocido por contar historias dentro de los videos musicales, y los videoclips duran 3 o 4 minutos. Cuentan una historia y todavía tienen un personaje y cosas así. No creo que haya tanta diferencia. Algunas personas pueden no estar de acuerdo conmigo, pero al mismo tiempo (hacer una película) es solo una forma más larga de filmar.  

Hacer un largometraje es dedicar más tiempo a una historia. Es dedicar más tiempo a un personaje, y eso es lo que resulta genial al respecto: expresarse a través de estos personajes y dejar que se desarrollen a medida que avanza la película. Es muy divertido quedarse con los mismos personajes y la historia durante un largo período de tiempo. Todo el aspecto de la filmación y el aspecto técnico no son muy diferentes (entre un video musical y un largometraje). Pero al mismo tiempo, debido al estilo de la película o lo que es, en cierto sentido es como si no hubiera reglas, me puedo liberar y hacer todo lo que quiero hacer.

Cuando haces un video musical, te sientes como en una caja porque estoy pensando 'okay, esto tiene que poder ser visto en televisión', 'esto tiene que sonar en determinado lugar', tiene que ser clasificado PG (N. del T.: en Sudáfrica sería la clasificación apta para todo público con orientación parental, en Argentina no tenemos ese tipo de clasificación –tenemos el +13 directamente-).

Fried Barry fue como 'Mm... Puedo hacer lo que quiera'. Puedo hacer lo que quiera, sin restricciones. Eso es lo bueno de hacer un largometraje o una película de género como esta, donde literalmente no hay reglas y puedes hacer lo que quieras y experimentar. Supongo que de ahí viene la magia.

P9P: ¿Consideraste el hacer un largometraje como un paso natural en tu carrera?

RK: Siempre quise hacer largometrajes. Por lo tanto, hacer videos musicales, cortos experimentales y comerciales, siempre ha sido el trampolín hacia la realización de una película. Llegas a un punto en tu carrera en el que tienes que decir 'está bien, tengo que dejar de hacer videos musicales y hacer esto o de lo contrario nunca voy a poder hacer una película'. Porque viene otro trabajo, y luego otro... Entonces, el largometraje se aleja.

Llegué a ese punto en el que pensé: "No voy a tomar más videos musicales, no voy a hacer más por ahora. Necesito concentrarme en hacer una película”. Y eso es lo que pasó. Necesitaba dar ese paso. Ahora que hice un largometraje y Fried Barry es el primero, es genial. Ahora paso a la siguiente película y me concentro en ella. Creo que ese es el movimiento correcto. Siempre puedes volver a grabar videos musicales aquí y allá, pero no hay nada mejor que hacer películas para mí, personalmente.

P9P: ¿Estás pensando en tu próxima película?

RK: Sí, tengo una idea desde hace unos 8 años que quería hacer para mi próxima película y no puedo hablar mucho sobre ella, pero está vinculada a viajes en el tiempo. Y esa será la próxima película. Tan loca como Fried Barry.


CONTINUA ACÁ.



lunes, 7 de diciembre de 2020

Fried Barry (2020): 

Duración: 99 Minutos
Dirección: Ryan Kruger
Guión: Ryan Kruger
James C. Williamson
Protagonistas: Gary Green 
Chanelle de Jager
Brett Williams




Fried Barry es una película "de género" basada en el corto experimental del mismo nombre que tuvo un recorrido exitoso por distintos festivales del mundo. La cinta sudafricana se está exhibiendo actualmente en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre. Representa la ópera prima de Ryan Kruger, que anteriormente había dirigido distintos videoclips para artistas sudafricanos. 


Este año, con todas las malas noticias que generó la pandemia tuvimos algo positivo para la cinefilia: festivales exclusivos como el de Mar del Plata u otros más pequeños como el Festifreak o el Buenos Aires Rojo Sangre se volvieron de fácil acceso para todo público. Mi experiencia en ellos previo a la pandemia era limitada: recuerdo haber asistido únicamente al Shnit o a la MICGénero, en esos nostálgicos momentos donde el curso de la vida transcurría mediante la presencialidad. 
Parafraseando a la madre de Forrest Gump, los festivales son como una caja de bombones: nunca sabes lo que te puede tocar. Por ese motivo podemos encontrar cosas frescas, y cosas que huelen más a cajón que a fruta -si me perdonan la expresión-. Afortunadamente Fried Barry se encuentra del lado de la fruta. 
Las óperas primas pueden tener una energía y originalidad muy particular o simplemente ser un plagio de algún director de moda. Y si hay algo que tiene la película de Kruger es una extrañeza muy particular, similar a la presencia física de su protagonista, Gary Green -que tiene un buen trabajo, teniendo en cuenta que es su primer rol protagónico-. Crank (2006, Neveldine/Taylor) o Hardcore Henry (2016, Ilya Naishuller) son quizás algunas de las pocas películas que tienen algo en común con este road trip alucinatorio.


Junto a Barry vamos persiguiendo una gran cantidad de experiencias, las cuales en su gran mayoría son tabús. Así tenemos sexo, drogas & rock and roll (en realidad, más que nada, una alucinante música electrónica compuesta por Haezer). Estas cuestiones y el hecho de que sea una película "de género" la convierten en una cinta festivalera -y con un público acotado- por excelencia. 
Para realizar el viaje junto a Barry la fotografía (Gareth Place) se convierte en un elemento esencial y se presenta magníficamente estilizada: tenemos luces de neón azules, rojas, verdes y azules y primeros planos con grandes angulares que deforman levemente los rostros. 
¿Por qué es tan interesante la fotografía en este caso? Porque no es un mero manierismo, ayuda a contar la historia de alguien que es secuestrado por aliens, y en su joy ride abusa de sustancias. 


La estructura lineal de la historia obliga a la película de Kruger a tomar decisiones narrativas medianamente predecibles, lo que sin embargo no obstruye o dificulta su visionado. 
No obstante, el quid de la cuestión no está tanto en la historia, sino en el personaje. Lo que hace a la película sudafricana tan interesante es Barry (Gary Green), aunque no el Barry original, sino el Barry alienígena. 
Él está dotado de más humanidad que buena parte de la gente que se cruza, y posee cierta indefensión al -prácticamente- no saber usar el lenguaje. Además es un misfit, sensación que probablemente hayamos tenidos todes en algún punto de nuestra vida. 
Fried Barry es uno de esos encuentros inesperados que te alegran el día, o quizás la semana, tal como encontrarte con un viejo amigo o amiga. 

Mi Calificación: 7 (siete) Buena

sábado, 5 de diciembre de 2020

Mank (2020): 


Duración: 131 Minutos

Dirección: David Fincher

Guión: Jack Fincher

Protagonistas: Gary Oldman

Amanda Seyfried

Lily Collins

Ficha en IMDb

Ficha en Wikipedia (en Inglés)


Drama biográfico escrito por el padre de David Fincher sobre el guionista Herman J. Mankiewicz. El director quería llevar a cabo ese proyecto luego de haber completado El Juego (1997), pero no consiguió financiamiento por su deseo de que fuera filmada en blanco y negro. Hoy llega a nosotros gracias a Netflix.



Mank, es una película sobre un guionista, o quizás EL guionista. Lo que me hizo pensar... ¿cuántos nombres de guionistas conocemos? o quizás ¿cuántas películas sobre guionistas hay? A vuelo de pájaro solamente me acuerdo de dos: El ladrón de Orquídeas (Jonze, 2002) y Trumbo (Roach, 2016). 

La película, transcurre -años más, años menos- en dos períodos de tiempo paralelos: 1934 -un año después de la ascensión de Hitler en Alemania- y 1940 -a dos años del inicio de la Segunda Guerra Mundial-. Esto nos permite seguir de forma relativamente fácil la historia de nuestro protagonista: Herman J. Mankiewicz -guionista en películas como Dinner at Eight (Cukor, 1933),  Sus dos pasiones (Wood, 1942) y, por supuesto, El ciudadano Kane (Welles, 1941)-. No obstante, el guión tiene esos diálogos fast paced que tanto le gustan a Fincher y tanto sufrimos les espectadores.

Volviendo a los tiempos de la historia, que están claramente demarcados gracias al recurso de usar encabezados de secuencia/escena característicos de un guión cinematográfico, 1934 nos muestra a un jefe de estudios judío poco preocupado por cerrar el mercado de películas para la Alemania nazi y escudado como Sancho Panza en su Quijote: el magnate y monopolista de la prensa William Randolph Hearst

Es memorable la escena magníficamente escrita y ejecutada donde Mayer y Hearst ganan estos apodos gracias a Mank -interpretado por un irregular Gary Oldman-. ¿Qué es lo problemático de estos dos magnates? La colaboración entre sus empresas. 

Quizás en la escena más moralmente cuestionable -aunque hoy es cosa de todos los días- vemos como actores se hacen pasar por ciudadanos de sectores populares para convencer a electores de votar al partido republicano y al mismo tiempo denostar al candidato demócrata. En ese momento un Mankiewicz peleando en demasiados frentes -con su alcoholismo y adicción al juego- intenta oponerse, con poco éxito, a esas jugadas.

1940 es el año de la creación: vemos a Mank dedicar meses únicamente a la escritura y el alcohol. Para luego terminar en un importante conflicto sobre la autoría del guión con uno de los más interesantes y narcicistas directores de la historia: Orson Welles.   



Preocupado en darle una estética y sonido similar a El ciudadano Kane (Welles, 1941), la cinta de Fincher tiene aciertos como errores. Probablemente no obtengamos ningún beneficio de una mezcla de sonido monoaural, solo un sonido más plano. Mientras que la fotografía (Erik Messerschmidt), cuando no lucha con excesivos contrastes tiene planos elegantes, con algunos desenfoques interesantes y cierto uso de la luz logrado. Respecto al retoque digital que se utilizó para que Mank parezca una película de celuloide en mala condición, me resulta indiferente, porque es un recurso que ya hemos visto, 

En lo concerniente a las actuaciones no tengo demasiado para decir: Gary Oldman tiene sus momentos, y Amanda Seyfried está acorde, quizás siendo los trabajos más interesantes los de Arliss Howard como Louis B. Mayer y Charles Dance como Hearst.



Probablemente Mank haya chocado con esa sed insaciable, y muy poco satisfecha, que tuvimos este año por ver estrenos. Sino recordemos a la supuesta salvadora del cine: Tenet. Tenemos a un Fincher diferente al que conocemos: nostálgico, y con un toque de comedia negra. No obstante, Mank no se queda en un homenaje o en el penoso concepto de "carta de amor al cine" y hace una necesaria reivindicación para un rubro que le da el esqueleto e incluso la carne a las películas: el de guionista. A su vez nos hace reflexionar sobre las omisiones y endiosamientos que propone la teoría del autor.


Mi Calificación: 6,50 (seis y medio) Buena 

miércoles, 2 de diciembre de 2020

 

The Little Stranger (2018)


Duración: 111 Minutos

Dirección: Lenny Abrahmson

Guión: Lucinda Coxoon

Protagonistas: Domhnall Gleeson

Ruth Wilson

Will Poulter



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Drama gótico basado en el libro homónimo de Sarah Waters. Es la última película del director irlándes Lenny Abrahamson, cuyo trabajo anterior fuera la multipremiada Room (2015). The Little Stranger se encuentra actualmente en Netflix



Pocas películas de terror de época son aquellas que logran un éxito que trascienda el meramente comercial. Por lo tanto, estoy pensando en unas pocas privilegiadas como The Lighthouse (Eggers, 2019) o The Witch (Eggers, 2015). Esto nos dirige hacia a un tipo de terror particular, enfocado más en la creación de un ambiente o átmosfera difícil de describir. Para ilustrar esto podemos ver el consenso general de Rotten Tomatoes sobre la cinta de Abrahamson: "La confianza de The Little Stranger en la atmósfera frustra a quienes buscan emociones más viscerales."

La primera parte de la cita -que es difícil de traducir- señala que satisface a quienes buscan "horror sofisticado". Por lo tanto estamos frente a un rompe aguas, claro que yo no llamaría terror sofisticado a un tipo de películas y terror no sofisticado a otras. El quid de la cuestión es que la cinta no depende de ciertos recursos de los cuales a veces abusa el género. Eso puede no gustarle a todos los espectadores. No obstante, yo veo a Abrahamson como un director al que hay que prestarle atención: nos dio Room hace algunos años y con ella un Golden Globe y un Oscar para Brie Larsson

The Little Stranger rebosa de virtudes visuales: desde la fotografía (Ole Bratt Birkeland) y el diseño de producción (Simon Elliott) al vestuario (Nathan Nugent). El sonido a su vez también cumple con esa sensación de extrañeza que hablábamos antes, gracias a la mezcla de sonido como a la música (Stephen Rennick). La fotografía no tiene problemas en darnos planos diurnos, al mejor estilo de La Masacre de Texas (Hopper, 1974). El uso de la luz de hecho está muy cuidado, logrando tomas sorprendentemente amables y bellas para una película de terror. Por otro lado presenta algunos primeros planos con un leve desenfoque que le da cierta característica pictórica a las escenas, las cuales transcurren en una mansión que presenta esas mismas características. 



Esa sofisticación que mencionábamos antes también la da el guión, que está adaptado da la novela de Sarah Waters, lo que embellece estilísiticamente al relato, gracias a un voice over a veces pertinente. La búsqueda de un pasado idealizado y lo suntuoso de la mansión me remite a El Gran Gatsby, tanto el libro (Fitzgerald, 1925) como a su más reciente adaptación (Luhrmann, 2013). Aunque también podemos encontrar otros vínculos cinéfilos (Corman, 1960) y literarios (Poe, 1839) como con La caída de la casa Usher. Esa reminiscencia tan extraña es en gran medida posible gracias a  la actuación de Domhnall Gleeson como el Dr. Faraday. Quizás el casting de la película sea uno de los mejores que vi en una película de terror, incorporando a Charlotte Rampling y Ruth Wilson, teniendo así a tres actores de la Europa insular, lo que es coherente con la ambientación del relato en Warwickshire (Inglaterra). Aunque americano, sería bochornoso no destacar la sorprendentemente sólida actuación de Will Poulter, a quien solemos ver en otro tipo de papeles, pero que aquí lo vemos luego de ser sometido a seis horas de maquillaje diarias. 



Si bien la nostalgia es uno de los temas que analicé, probablemente haya otros con la misma relevancia en la película y que quizás puedan ser analizados por usted, querido lector, o algún crítico de cine. Estos subtemas son: la decadencia de la aristocracia y el clima de hostilidad social de la posguerra. 

Desequilibrada en lo que respecta a la duración de los actos, y con cierta carencia en la mitología del poltergeist que acecha la casa, The Little Stranger es una sorprendentemente interesante película de un director que ha declarado no ser muy devoto del terror. Desafortunadamente esta película pasó desapercibida en el país -y quizás en el mundo- pero se puede encontrar actualmente en Netflix. Otra cuestión desafortunada es que el ritmo de los primeros cuarenta minutos no logra mantenerse mediante esa sensación incómoda de la que hablamos (de hecho el romance entre los personajes estira las escenas y afecta el clima), y adolece de lo que supuestamente no debería tener: algún que otro sacudón para el espectador aletargado. 


Mi Calificación: 6 (seis) Buena

sábado, 28 de noviembre de 2020

 

Come True (2020):

Duración: 105 Minutos

Dirección: Anthony Scott Burns

Guión: Anthony Scott Burns 

Daniel Weissenberger

Protagonistas: Julia Sarah Stone

Landon Liboiron 

Skylar Radzion

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Ficha en Film Affinity

 

La segunda película de Anthony Scott Burns, director de cine canadiense que empezó su carrera como Artista de Efectos Visuales. Su debut como director lo hizo en el año 2018 con Our House, remake de Ghost from the Machine (Osterman, 2010). Afortunadamente, gracias al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, pudimos ver esta película de ciencia ficción y terror tres meses antes de su estreno en Estados Unidos. 

 


Come true desde el principio tiene una estética pesadillesca. Tiene esa ligera incoherencia, al menos al principio, que nos permite diferenciar el sueño de la vigilia. Que estamos frente a una atmósfera cargada de una presencia maligna, es la intuición que tenemos como espectadores en los inicios de la película. Poco a poco lo vamos confirmando gracias al personaje de Sarah -magníficamente interpretado por Julia Sarah Stone- que se termina fusionando al espectador gracias al énfasis subjetivo de la fotografía (Anthony Scott Burns) y la música (Anthony Scott BurnsPilotpriest y Electric Youth). Iba a señalar la estética lyncheana cuando me dí cuenta de otra similitud que tiene Scott con el director: ambos están obsesionados por como suenan y cómo se ven sus películas. Anthony Scott Burns es realmente un artesano -en cierta medida por cuestiones presupuestarias-, ocupándose aquí de la fotografía, música y el guión. Esta omnipresencia le da a Come True un estilo personal bastante marcado -y quizás cierta falta de control a la película-, teniendo guiños a varias películas pero también marcando bien el campo.  

 


El bajo presupuesto de la película está relativamente bien disimulado mediante un guión, inteligente y dinámico por momentos y errático e incoherente en otros. Los efectos especiales resultan acordes, ignorando de esta forma las limitaciones económicas. Quizás el bajo presupuesto se note más en lo espartano de la historia: pocos personajes, y pocas locaciones -cosa que quizás solo preocupe a algún cinéfilo trasnochado como yo-. La mixtura de géneros, y la estética retrofuturista le ayudan a escapar a las limitaciones que podría presentar el terror o el sci-fi como géneros individuales (los bien conocidos tropos). De esta forma tiene una estética y temática híbrida que la vuelve bastante misteriosa, característica que comparte con el personaje de Jeremy, el stalker de ojos claros -debemos atribuir justo mérito a la buena performance de Landon Liboiron-. No obstante, tal mixtura termina desintegrando su desenlace, e incluso todo el tercer acto.  Quizás quede un poco subanalizada la fotografía, pero es muy relevante en esta cinta. La subjetividad que mencionamos la logra a través de planos cerrados que nos hacen ver como Sarah va decayendo mentalmente por el insomnio y la paranoia. Las luces frías contribuyen a esa atmósfera enrarecida de la que hablábamos antes, como también para darle características de una película de ciencia ficción. La oscuridad de las pesadillas que sufren los personajes nos hace recordar a la saga de Hellraiser, garantizando un tono terrorífico que a veces exagera el uso de jump scares.  

 


Con cabos sueltos difíciles de ignorar y un ritmo decreciente en el último acto, Come True termina siendo una película más atractiva por su forma que por su contenido, el cual puede resultar extremadamente confuso.  De todos modos, no deja de ser una película extraña y distinta, de esas que aspiramos a ver en festivales, y que quizás con un poco de suerte la volvamos a cruzar en otro lado en un futuro más bien remoto. 

 

Mi Calificación: 6 (seis) Buena


sábado, 24 de octubre de 2020

 

Halloween: 5 Series de Terror

En un momento donde las listas de películas de terror pululan por doquier, y para evitar caer en los lugares comunes de la cinefilia tradicional se me ocurrió pensar en un formato diferente como es el de las series. Quizás no tomando tantos riesgos, pero con algunas rarezas, decidí pensar en el género para la pantalla chica, donde tuvo un éxito diverso. La lista no tiene ningún orden particular. 


05. Bloodride (2020): Creada por Kjetil Indregard y Atle Knudsen. Plataforma: Netflix. Es una serie de terror antológica noruega con capítulos independientes y autoconclusivos. Juega con el terror psicológico, el sobrenatural e incluso el slasher, y tiene solo seis capítulos más bien irregulares. Si bien no es brillante, es al menos una perspectiva distinta al terror norteamericano. 




04. Scream (2015-2019): Creada por Jill Blotevogel, Dan Dworkin, Jay Beattie y  Brett Matthews. Plataforma: Netflix (Temporada 1 y 2). Con la particularidad de que cada capítulo -o casi- de las tres temporadas tenga el nombre de un clásico del terror, este slasher inspirado en las películas dirigidas por Wes Craven tiene ese tono metanarrativo característico de la saga con personajes bien desarrollados y actualizados. Si bien la primera y segunda temporada están bien consideradas yo me quedo con la primera. 



03. Eli Roth's History of Horror (2018- ): Creada por Eli Roth. Plataforma: AMC. Con siete capítulos en su primera temporada, y con la segunda por llegar, es una historia del género pensada de forma temática. Quizás para fanáticos duros del terror o para personas interesadas en la historia del cine en particular. Tiene a grandes directores, actores, actrices, guionistas y otrxs protagonistas de películas que hicieron historia en el género: desde Robert Englund, Stephen King, Joe Dante o John Landis . Por si no lo tienen, el mismísimo Roth es un exponente del género, con películas como Cabin Fever o Hostel I y II.




02. La Frecuencia Kirlian (2017- ): Creada por Cristian Ponce. Plataformas: Youtube, Netflix, Vimeo. Serie Web argentina de animación que cuenta con sólo seis capítulos (completa en Youtube) de entre ocho y diez minutos de duración. Está ambientada en Kirlian, un pueblo ficticio dónde ocurren fenómenos sobrenaturales. La serie destaca por la simpleza de su narración y a su vez lo heterodoxa que es su mitología. La animación es simple pero pulida. 




01. Dracula (2020): Creada por Mark Gatiss y Steven Moffat. Plataforma: Netflix. En realidad una miniserie de sólo tres capítulos (cada uno de hora y media), bien podrían pensarse a los primeros dos como películas. El último capítulo es olvidable, y digno de omisión. Claes Bang, un sensual y provocador Dracula, está muy bien secundado por Dolly Wells (Van Helsing). Ambos cuentan con el respaldo de personajes bien desarrollados y caracterizados por su soledad y sacrificios. Un plus: la gran banda sonora (David Arnold y Michael Price). Quizás el increíble diseño de producción estilo gótico nos haga olvidar del tercer capítulo. 




viernes, 2 de octubre de 2020

Retro Reseña - Rebelde sin causa (1955)

 

Rebelde sin Causa (1955):

-Rebel without a Cause- 


Duración: 111 Minutos

Dirección: Nicholas Ray (Johnny Guitar, Bigger than Life, Rey de reyes)

Guión: Nicholas Ray

Irving Shulman

Protagonistas: James Dean (Al Este del Paraíso, Gigante)

Natalie Wood (Esplendor en la Hierba, West Side Story, Desliz de una noche)

Sal Mineo (Gigante, Éxodo, Escape del Planeta de los Simios) 

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Drama nominado a tres Oscars estrenado un mes antes de la muerte de James Dean, con un muy joven Dennis Hopper. En 1990 fue elegida para ser preservada por la Librería del Congreso de Estados Unidos por ser “cultural, histórica y estéticamente significativa”. 

Rebelde sin Causa es una película sobre la distancia intergeneracional en una época marcada por el retorno al conservadurismo político característico de la post-guerra. A nivel biográfico es interesante el hecho de que ese período también caracterizado por el macartismo tuviera como figura denunciante a un amigo de Nicholas Ray, como es Elia Kazan

La distancia intergeneracional se evidencia ya en la primera escena –quizás la más poderosa emocionalmente- en el diálogo que tiene Judy con la policía, allí el oficial le pregunta si su padre realmente piensa lo que le dijo, y ella responde “Si, no, no sé”. Una reacción más que entendible frente a la desaprobación familiar. Incluso esa grieta generacional que muestra la película podría ser paralelizable con la actual entre padres cuya vida transcurrió en la modernidad sólida e hijxs cuya adolescencia y adultez transcurre en la modernidad líquida. 

No puedo no pensar en la crítica de Roger Ebert sobre la película, donde dice que no envejeció bien, en lo que por cierto tiene algo de razón. Pero quizás comparándola con una película un poco más contemporánea y de temática similar –la grieta intergeneracional- como es El Graduado (Nichols, 1967), podemos decir que es bastante menos tímida. 

Pensando un poco en los personajes, es interesante trazar un paralelismo entre John y Jim, quienes vienen de contextos muy distintos: el primero tiene una familia ausente y es de clase baja, mientras el segundo tiene una familia presente y es de clase acomodada. Curiosamente, el destino los une en el mismo lugar: una estación de policía. 

James Dean tiene un rol que sabe llevar de forma creíble, aunque con tendencias al melodrama, y se ve un potencial que desafortunadamente sólo llegamos a intuir. Natalie Wood oscila entre el sentimiento genuino, la exageración o incluso la apatía. Retomando el punto de Ebert respecto al envejecimiento, eso se ve en algunas escenas sobreactuadas, y en una policía demasiado comprensiva con la juventud. Es fácil empatizar con el personaje de Jim, es una persona que no tiene amigos, está en una ciudad nueva y carece de objetivos concretos. 

Algo curioso y quizás contradictorio en los personajes centrales es que si bien Jim se muestra sensible, desea ver a su padre en un rol autoritario y masculino tóxico, mientas que Judy, si bien rechaza a Jim al principio y es rebelde, busca la aprobación de su padre más que nada. Esto quizás se deba la disolución de los valores tradicionales de la época, lo cual lleva a mezclarlos.   


Rebel tiene escenas bastante clásicas y con una importante cantidad de acción que alternan con escenas largas que dan cuenta de una edición de otro tiempo y diálogos un poco redundantes. Además de interacciones curiosas entre personajes. Mezcla la fantasía cuasi infantil de escaparse de los padres –lo que estanca la trama- con un pesimismo bastante auténtico.

Aunque imperfecta por varias razones, la cinta de Ray tiene entre sus méritos el presentar un cine enfocado en la juventud –que hoy vemos explotado a la máxima potencia en sagas para adolescentes-, y distintas escenas cuyas acciones o frases siguen resultando impactantes en la actualidad. Su importancia cultural puede se rastreada en los homenajes que tiene en películas tan diversas como Volver al futuro (Zemeckis, 1985), o La la land (Chazelle, 2016). No obstante es una película que se enfrenta –no del todo bien- con la dura expectativa de ser considerada un hito en la historia del cine y más que nada con la mitológica figura de James Dean