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martes, 18 de julio de 2017

La Vida es Bella y el Negacionismo Histórico:

La película estelarizada y dirigida por Roberto Begnini es una película renombrada que ficcionaliza el Shoah, en su momento fue criticada por algunas personas por mostrar un visión "idealizada" del terrible genocidio contra el pueblo judío. A veinte años del estreno de la película, la controversia parece algo lejana, pero siempre resulta importante abrir el debate sobre eventos históricos para que no queden silenciados.

Ayer tuve mi primer acercamiento a la película ganadora de 3 Oscars y el Gran Premio del Festival de Cannes. Aproximación algo tardía, motivada por no ser personalemente un gran amante de las películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, debido a la excesiva cantidad de películas inspiradas en ese fatídico período de la historia humana.
Al haber tantas películas sobre la guerra, y quizás un poco menos sobre el Shoah, hay distintas formas de enfocar los temas en cuestión. Un particular pero muy interesante enfoque sobre el genocidio judío es El Hijo de Saúl, por ejemplo. Cabaret (1972) de Bob Fosse cuenta una historia ambientada durante el nazismo, y trata la cuestión no de forma central, sino mediante alegorías más o menos directas y representado mediante números histriónicos y situaciones concretas.


De hecho la trama de las historiografías puede ser analizada, según filósofos de la historia como Hayden White, como Romántica, Cómica, Satírica o Trágica. Pero sin dudas hay que ser muy cínico para escribir o representar de forma cómica eventos como el Shoah. Sin embargo, con ésta afirmación no quiero señalar que no haya representaciones en clave cómica del nazismo que no sean interesantes. Éste por ejemplo es el caso -según mi opinión- de Ha Vuelto (2015) de David Wnendt que analiza de forma cómica y alegórica -aunque con algún chiste desafortunado- el ascenso de Hitler al poder y el actual resurgimiento de partidos neonazis y la xenofobia en Europa.

La Vida es Bella aborda la cuestión de una forma bastante extraña y a mi parecer poco feliz, mezclando comedia con sátira -lado "cómico" bastante poco gracioso en mi opinión-. Quienes fueron favorables a éste modo de representación señalaron el aspecto ingénuo de la mostración y su fuerte poder emocional, parafraseando. Roger Ebert, por ejemplo, señaló que la cinta ofendió a algunos críticos de izquierda, por el humor sobre el Shoah, y señaló que éstos críticos deberían estar ofendidos, por su toma de una posición política frente a la ingenuidad humana, que considera leitmotiv de la película.



Hay mucho material sobre el Shoah, por ejemplo el magnífico homónimo documental de Claude Lanzman de 1985. Allí, el director renuncia a darle una narrativa clara al exterminio nazi, limitándose a recoger los testimonios de quienes participaron pasiva u activamente en el horror. Habiendo visto este documental resulta difícil que no resulte chocante y hasta violento los chistes sobre los trenes de transporte a campos de concentración y las barracas dentro de un campo de exterminio, explicitados en la película de Begnini. Esa, minimización del horror vivido por las víctimas, tiene la supuesta función argumental de matizar lo terrible de la situación para Eliseo, el hijo de Guido, que siendo un niño, se encuentra en el campo de concentración junto a su padre y madre. Pero, si el director sólo pensó en el recurso de esa forma, desconoce entonces los posibles efectos que pueden producir esa matización del horror en el público general.


La película, por ejemplo, no muestra el gaseo de las víctimas en las cámaras mientras sucede, sino los preparatorios iniciales. Tampoco la quema de los cuerpos -aunque si hay una escena que muestra una pila de muertos fuera de un edificio-, y (alerta spoiler) tampoco muestra directamente la ejecución de Guido. Por lo que parece tener un estilo escapista respecto a los asesinatos perpetuados por los nazis; y por la forma en que dota la vida en un campo de concentración de "belleza" y fantasía la película cobra un fuerte tinte negacionista respecto del Shoah -bajo mi punto de vista-. Resulta imposible pensar en una representación, fuese cual fuese, no política a nivel audiovisual: siempre, se quiera o no hay una ideología de representación. Por lo tanto, La Vida es Bella presenta una más que confusa reinterpretación del Shoah que debe ser vista bastante críticamente, porque toda representación tiene un efecto, especialmente en los más jovenes que a veces no tienen un sentido crítico plenamente desarrollado.

Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia (en Inglés)

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