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sábado, 22 de diciembre de 2018

Mejores películas del 2018:

Año marcado por una fuerte crisis económica, que no sólo se sintió en la reducción del tamaño y locaciones de funciones de prensa, sino que a nivel personal reduje drásticamente mi presupuesto para ir al cine -la entrada sin descuento está a unos fantaseosos 300 pesos-. Esta introducción tiene el fin de excusar cierta falta de riqueza inevitable en la selección, que, sin embargo, en géneros es diversa. 

05. Ready Player One (Steven Spielberg): Probablemente fuera LA película de este año para les amantes de la cultura pop. A pesar de su collage de referencias a los años ochenta, y cierto autotributo, la cinta que representó la vuelta de Spielberg al sci-fi tiene un estilo propio reconocible. Visualmente desafiante, produce cierta ruptura del espacio fílmico, haciendo que el espectador se "deslice entre imágenes". Otro aspecto que la pone dentro de lo destacado del año es su inclusión de une protagonista trans* y su gran música.


04. Halloween (David Gordon Green): borrón y cuenta nueva para la franquicia: la película que vuelve a tener a Carpenter como productor y compositor es una secuela directa de la primera. Con mucha acción, una estética refinada, y una Curtis en un gran momento, la cinta rebasa cómodamente -según mi humilde opinión- a la original.  

La increíble estetización de la violencia habla por sí sola. Lo más atractivo
de la cinta es su equilibrio con la original: toma, respeta, y tributa las cosas interesantes,
pero dinamiza, actualiza y reinterpreta los aspectos que considera necesarios con la suficiente libertad creativa. 
03. El Primer Hombre en la Luna (Damien Chazelle): la primera idea que se me viene a la cabeza cuando pienso en esta biopic es la de manufactura o craft. Su espléndida fotografía (Sandgren) que combina tres tipos de formato, su diseño de producción y efectos visuales le dan un aspecto único. Es aquella, de esta selección, que resonará bastante en la temporada de premios, ya habiendo sido nominada a dos Golden Globe.

Claire Foy merecía estar en la imagen antes que cualquier otre
 porque su trabajo es sencillamente descollante. 
02. Isla de Perros (Wes Anderson): 4 años habían pasado desde el último largometraje del director seis veces nominado al Oscar, y podemos decir que la espera valió la pena: Isla de Perros destaca por la unicidad de sus personajes, el gran elenco que tiene para darles voz, y el siempre magnífico trabajo visual característico de las cintas del autor. La historia podría pensarse como universal, pero la forma en que está contada se caracteriza por un magnífico estilo personal.

Cada plano está pensado. Lo que nos hace considerar a Wes Anderson
no sólo como un gran director, sino también como un gran puestista en escena.
01. Infiltrado en el KKKlan (Spike Lee): Spike es un cineasta muy productivo, por lo que este año tuvimos dos de sus trabajos: siendo el segundo Pass Over, que no se estrenó en el país. Infiltrado en el KKKlan es sencillamente una película que lo tiene todo: humor, tensión, denuncia, y un profundo estilo de autor, sobre todas las cosas. La denuncia no solo implica mostrar la historia racista de Estados Unidos, sino también la posibilidad de otras ontologías: sean fílmicas, culturales y estéticas, siendo aquí la representada por la cultura afroamericana y el antifacismo.

Harry Belafonte, el cantante que popularizó la canción Day-O,
recuenta el brutal linchamiento de Jesse Washington, que fuera racialmente motivado. 


viernes, 21 de diciembre de 2018

Bumblebee (2018):

Duración: 113 Minutos
Dirección: Travis Knight (Kubo y la búsqueda del samurai)
Guión: Christina Hodson 
Protagonistas: Hailee Steinfeld
Jorge Lendeborg Jr. (Brigsby Bear; Shot; Love, Simon) 
John Cena (12 Desafíos, Esta Chica es un Desastre, Guerra de Papás 2)


Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia

La sexta película de la franquicia, no sólo tiene la particularidad de ser la de menor presupuesto de todas, sino también de ser la primera que no es dirigida por Michael Bay. Además de ser la primera cinta live action de Knigth, cuya película debut, Kubo y la búsqueda del samurai, fue nominada a dos Oscars.


Cuando escribí el artículo de Transformers: el último caballero veía con desconfianza el futuro de la franquicia, y para eso momento se proyectaba una sexta y séptima entrega. La sexta llegó, mientras la séptima quedó en suspenso.
Sin embargo, cuando se acercaba la fecha del estreno, imaginé que probablemente hubiera un cambio de tono en esta película: algo más relajado, y más cómico. Esa predicción fue correcta: el cambio de director aportó un desencorsetamiento muy necesario.
Algo que probablemente ayuda al cambio es también tener una protagonista femenina y una guionista del mismo género.
El mencionado humor se presenta a través de cierta lograda ironía, pero se mantiene en el marco de una estructura argumental de fórmula -con sus golpes bajos-, y por lo tanto predecible.


Uno de los atractivos de Bumblebee no sólo es el carismático personaje, sino también la época en que está ambientada: los ochenta -1987 para ser exactos-. Lo que le permite a la película hacer una gran cantidad de referencias (bien elegidas) a la época: desde Alf, Reagan, hasta Indiana Jones.
También da lugar a un magnífico soundtrack (Dario Marianelli) con artistas como The Smiths, Bon Jovi, Duran Duran y Tears for Fears entre otrxs.
A nivel visual hay una fotografía (Enrique Chediak) sagaz, que complementa bien con el trabajo de edición (Paul Rubell): aligera bastante la carga de unos 113 minutos que podrían resultar más largos.
Los efectos visuales están bien logrados, lo que no sorprende, porque es lo que generalmente se espera de Transformers.


Algo que probablemente sí sorprende es encontrarse con buenas actuaciones en la franquicia, lideradas por la confiable Hailee Steinfeld, que a pesar de juventud tiene ya una prolífica y relativamente prestigiosa carrera.
El cambio de tono de este spin-off de Transformers, y su cercanía a la serie original, dan cierta importante solidez a la cinta, que sin embargo no deja de presentar limitaciones importantes, dentro de las que no mencioné, por ejemplo, está la unidimensionalidad de los personajes. 

Mi Calificación: 5,50 (cinco y medio) Regular

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Ciencia Ficción: entre lo atípico y lo tópico (Parte II)

En la continuación del artículo, analizaré tres elementos más que tienen en común las mencionadas películas. Con el lenguaje utilizado para los tópicos, intento insinuar cierta similitud de las narrativas con conceptos marxistas tales como alienación, explotación, opresión o conciencia de clase. Análisis que sin embargo excederá el trabajo y quizás quede para otro artículo. 

3) Revolución radical: los protagonistas arriesgan su vida y la de sus seres queridos en una lucha sin cuartel contra el generalmente maniqueo enemigo. El objetivo trazado suele ser un cambio social radical en una sociedad opresiva.
Hay intentos de cambio radical contra: máquinas en Matrix y Oblivion -aquí es específicamente contra una inteligencia artificial alienígena-, contra gobiernos opresivos: en El Vengador del Futuro, Elysium y Fahrenheit, o contra compañías plutócratas: tal es el caso de Repo Men donde se lucha contra la Unión y parcialmente en Blade Runner, donde la lucha es del un ejército de replicantes contra la corporación Wallace y contra el gobierno -o al menos eso se entiende, de una lucha a favor de la libertad-. En Código 46, si bien no hay una revolución, si hay una lucha de dos personas contra una restrictiva política migratoria, y la ruptura del código que prohíbe la "reproducción genéticamente incestuosa".

La lucha en Matrix siempre es hasta las últimas consecuencias.
En este fotograma, Neo (Keanu Reeves) y Trinity (Carrie-Anne Moss) penetran
fuertemente armadxs el edificio donde se encuentra secuestrado Morfeo (Laurence Fishbourne). 
4) Anagnórisis/conciencia de clase: nuestros héroes viven inicialmente alienados, poco conscientes sobre la situación de su entorno o indispuestos a cambiarlo. Una situación transformadora "involuntaria" es la que los lleva al reconocimiento de su situación y la de su entorno. Los desencadenantes son variados: desde el amor en Código 46 y Fahrenheit, investigaciones en Oblivion, Autómata y Blade Runner, experiencias cercanas a la muerte en Repo Men y Elysium, y cierta semiconsciencia de la condición de extrañez/alienación en Matrix y El Vengador del Futuro -expresado mediante un deseo o curiosidad aquí-.
Claro que parece haber cierta necesidad del descubrimiento en todos los casos, a pesar de cierta fortuna. El destino podríamos decir, o un metódico plan, tienen importantes incidencias en los reconocimientos.

Doug/Hauser en Recall, donde el reconocimiento proviene de la
posibilidad de recordar su pasado, similar situación a la de Jack en Oblivion.
5) Gobierno o compañía tiránica: los escenarios de las películas analizadas son sin lugar a dudas distópicos. En la mayoría hay una importante polarización social, una lucha de clases, y la presencia de grupos excluidos. Escasez de recursos, como cambios climáticos extremos están a la orden del día. Frente a estos problemas y situaciones se han alzado gobiernos represivos o compañías monopólicas poderosísimas.
Ejemplos de lo primero tenemos en Código 46, El Vengador del Futuro, Elysium y Fahrenheit 451. Mientras que del segundo tipo están: la Unión -una empresa que vende órganos sintéticos mediante créditos- en Repo Men, ROC- Robot Organic Century, una compañía que hizo los "peregrinos" para reconstruir el ambiente- en Autómata, y Wallace Co -corporación que absorbió la compañías Tyrell y fabrica replicantes- en Blade Runner. Lo interesante de estas compañías es que son tan fuertes que parecen tener el poder de un gobierno.
No entran en estas categorías ni Matrix ni Oblivion, porque en ellas no se puede establecer la efectividad/realidad de un gobierno, sino que hay máquinas/inteligencias artificiales explotando recursos y personas.

Wallace Co no escatima ni dinero ni espacio para mostrar su dinero
y su poder, además de su poder intimidatorio. Para lo cual es magnífico
tener un diseño de producción soñado. 

martes, 18 de diciembre de 2018

Ciencia Ficción: entre lo atípico y lo tópico (Parte I)

Algo que distingue a la ciencia ficción de otros géneros fílmicos es su inespecificidad, es decir no fue creada para la gran pantalla, sino adaptada a ella. Por lo que un análisis de su código resulta complejo por una parte -considerando la dificultad para separar lo relativo a los libros y a las películas- y simple por otra -viendo los puntos comunes entre narrativas-.
  
La historia del género es muy rica a nivel fílmico: se podría pensar que empieza con Viaje a la Luna (Méliès, 1902) y sigue resultando atractivo e innovador más de 110 años después.
Con tanta trayectoria, tópicos comunes hay en cantidad, siendo el más obvio quizás el descubrimiento y exploración de nuevos planetas.
La idea de este artículo surgió habiendo visto Repo Men (Sapochnik, 2010) y luego El Vengador del Futuro (Wiseman, 2012), películas que a grosso modo tienen poco que ver, pero mediante un análisis particularista, su comunión es notable.
Nombres y más nombres me surgen en la cabeza para vincular entre sí, y voy a hablar de tres remakes -cuando se podría tranquilamente hablar de las originales- pero intentaré limitarme a películas de estos últimos veinte años.

Los personajes de las películas comparadas, ambos son los mejores en lo que hacen y por lo tanto están
sólidamente preparados para situaciones de combate, con el agregado de tener condiciones físicas notables. 

Además de las ya mencionadas, pensaré en las siguientes -selección arbitraria, o no tanto-: Matrix (Wachoski, 1999), Código 46 (Winterbottom, 2003), Oblivion (Kosinski, 2013), Elysium (Blomkamp, 2013), Autómata (Ibáñez, 2014), Blade Runner 2049 (Villenueve, 2017) y Fahrenheit 451 (Bahrani, 2018). Lo interesante de estas películas es que tienen directorxs de tres continentes, por lo tanto los tópicos trascienden a una industria particular.
Sin más preámbulos, los temas son los siguientes:

1) Héroe mundano/proletario: nuestros héroes -si, son todos hombres, tristemente- son personas corrientes (o al menos lo parecen), proletarios con trabajos comunes. Tenemos a Thomas Anderson como programador de computadoras (Matrix), dos investigadores de seguros: William Geld (Código 46) y Jacq Vaucan (Autómata), dos operarios de fábrica: Max Da Costa (Elysium) y Douglas Quaid (El Vengador del Futuro), y un técnico reparador de drones (Oblivion).
Claro que los trabajos de "blade runner", "repo men" y "bombero" (Fahrenheit 451), son menos comunes, lo que no deja de significar que tales personajes -quizás excepto el bombero- sean abyectos como buena parte de los ya mencionados, además de proletarios, con jefes poco amables.

 Los tres trabajos menos tradicionales implican el uso de la violencia física, armas, y el uso de la autoridad. Sumado al rechazo social general -blade runner y repo men- o parcial -bombero- que producen. 

2) Parejas en acción y romance: aún estando en el 2050 o el 2100  vamos a seguir teniendo bastante amor cis-heterosexual, al parecer. Claro que esta relación se hace más compleja cuando hay un "replicante" enamorado de una inteligencia artificial holográfica o un hombre emocionalmente atraído por una humanoide robot.
En esas parejas están desde las fieles compañeras: Rachel en Autómata, Joi en Blader Runner,  hasta aquellas que deben ser "salvadas", en un viejo estereotipo patriarcal: Beth en Repo Men y Frey en Elysium (curiosamente ambos personajes interpretados por Alice Braga) o Cleo en Autómata. Claro que las más interesantes son aquellas que desafían la perspectiva del protagonista y generan un importante cambio en él: tal es el caso de Maria en Código 46 o Clarisse en Fahrenheit.
Es necesario aclarar, de todas formas, que la mayoría de las parejas generan cambios en el protagonista y combaten junto a él: estos rótulos que utilizo, suelen mezclarse.
Lo interesante de Total Recall como de Oblivion es que en ellas la primera pareja no es quien dice ser, y la segunda es la compañera de toda la vida: Melina en la primera cinta, Julia en la segunda.
Trinity en Matrix es quizás la menos catalogable: porque si bien es la fiel compañera, también le abre las puertas del conocimiento y el cambio a Neo -junto a Morfeo-. Sumado a que tiene un rol central en la historia y combate junto al protagonista, pero a su vez es salvada por él. Probablemente ella junto a Melina y Julia, presenten las relaciones con mayor igualdad de género de las cintas analizadas (sumado a la fuerza del rol femenino que encarnan).


En el primer fotograma vemos a las dos parejas de Denis/Hauser: la primera (izquierda) Lori -Kate Beckinsale-
quiere matarlo, mientras la segunda, Melina -Jessica Biel- es su pareja de la resistencia. Mientras que las otras dos imágenes, muestran primero a Vika -Andrea Riseborough- quien fue asignada como la pareja de Jack y a Julia, la verdadera pareja y esposa de Jack. 






miércoles, 12 de diciembre de 2018

 ¿Qué es la MIC Género?: 

MIC es la abreviatura de Muestra Internacional de Cine con perspectiva de Género. Este es un Festival que empezó este 6 de Diciembre y termina mañana 12. Una de sus grandes ventajas es que la entrada a las funciones es libre y gratuita, y tiene nada menos que seis sedes: Centro Cultural San Martín, Club Cultural Matienzo, Centro Cultural Haroldo Conti, Museo del Libro y la Lengua, y Casa Brandon. La idea de la muestra, según su página web es: "ser un foro que invita a cuestionar la forma de ver películas desde una perspectiva de género a partir de todo tipo de producciones cinematográficas." 

Particularmente, como espectador sentí la presencia de una perspectiva fresca, respecto a la tradicional falocéntrica -gran parte de las películas que vemos no solo están dirigidas, escritas y filmadas por hombres, sino también protagonizadas por ellos-.
Esto lo noté con una escena de Paraíso (Falá, 2017), una película argentina con una protagonista femenina. La escena, tenía a Sofía (Marina Arnaduo), despertándose y buscando su celular.
Unx podría preguntarse: ¿qué tiene de particular esa escena?
Es una escena muy común, pero ¿cuántas veces la vimos protagonizada por una mujer? Yo sinceramente no recordé haberla visto nunca, porque siempre o casi siempre, el hombre es el protagonista, y tenemos su subjetividad, no la femenina.

Fotograma de Paraíso, que, si bien no me dejó mucho a nivel
guión, si generó en mí una reflexión sobre el modo de producción
falocéntrico de la industria del cine, tanto estadounidense como argentino. 
Ese mismo Domingo, tuve la oportunidad de ver el documental Silvana (Gustafson, Kastebring, Tsiobanelis, 2017), sobre la rapera sueca Silvana Imam. Esta cinta no sólo es magnífica por presentar un relato íntimo de la compleja vida de la rapera y su activismo político, sino también por todo su elenco de mujeres: desde las directoras, las productoras, hasta la edición y la música.
Demás está decir que la música de Silvana es interesantísima.
El punto que hace a la película muy llamativa, es que sería difícil verla en otro lado: porque difícilmente una cadena de cines pase un documental sobre una rapera feminista y lesbiana. Es fundamental contar con el punto de vista de la protagonista, por los entrecruzamientos de las opresiones patriarcales que vive.
Poster de la película, que muestra a la rapera,
caracterizada por su lucha feminista, anti homofóbica, y anti racista. 
Hoy, Martes, presencié, también en el San Martín, la selección de Cortos 1, que contaba con:
El sonar de las olas (Ortega Castillo, 2018), Tita, tejedora de raíces (Morales García, 2017) e Y es así. Una mirada al movimiento lésbico feminista en México (Chinos Salgado, 2018).
Los dos cortos que me parecieron más interesantes fueron el primero y el último.
El primero, por tratar de una adolescente que lucha contra corriente y marea para derribar las imposiciones de su entorno, llevando al máximo sus posibilidades. El último por presentar una historia completamente desconocida para la media de las personas: la historia de un feminismo lésbico. Más allá del localismo de la historia -un poco ajena a nosotrxs como argentinxs- tiene algo de universal, o al menos latino, respecto al énfasis marcada represión de la sexualidad, y particularmente la exacerbada misoginia hacia mujeres lesbianas de este siglo y del pasado.
Luego me quedé a ver el documental Siempre andamos caminando (Urbina Mata, 2017), sobre tres mujeres migrantes, que dejan su ciudad para trabajar y poder enviar remesas a sus familias.

Fotograma de "Y es así (...)", documental corto donde las activistas
destacan que ser lesbiana es una decisión política, y un modo de vida. 
Mañana, Miércoles es el último día de la muestra, al cual asistiré, nuevamente en el Centro Cultural San Martín. Sinceramente es un festival con una misión muy clara y en contexto con la realidad actual de violencia contra los géneros no masculinos cis, por lo que realmente vale la pena ojearlo y aprovechar la gratuidad de su entrada -también disfrutar de su perspectiva no masculinista-. 
Cabe destacar que el cierre per se es en el Centro Cultural Matienzo. Como la intención de este artículo es fomentar la asistencia, la última imagen del mismo es del programa del último día.




jueves, 29 de noviembre de 2018

El Primer Hombre en la Luna (2018):
-First Man-

Duración: 141 Minutos
Dirección: Damien Chazelle
Guión:  Josh Singer 
Protagonistas: Ryan Gosling
Claire Foy (The Crown, Perturbada, La Chica en la Telaraña) 
Jason Clarke 



Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia

Del drama al musical, del musical al biopic: esos son los caminos de la persona más joven en ganar un Oscar al Mejor Director, Damien Chazelle. Aquí vuelve a trabajar con Gosling, en una historia basada en el libro "First Man: The Life of Neil A. Armstrong" de James R. Hansen.


En la primera escena de la película, vemos a Armstrong (Ryan Gosling) volando un avión cohete North American X-15. Ahí, nos percatamos de dos características importantes de la cinta: el marcado esfuerzo por conseguir un realismo cuasi documental y la ocularización interna primaria del personaje, que nos apunta una marcada subjetividad a lo largo de toda la cinta -señalada también en las ocularizaciones internas primarias-.  


Sería injusto no destacar el mimético trabajo de vestuario, a cargo de Mary Zophres.
Filmada en 16, 35 y 70 mm, la sutileza de la fotografía, por el conocido Linus Sandgren (La la land, Joy, Escándalo Americano), nos trae ese increíble y azaroso analógico con código neorrealista que no se ve mucho actualmente. 

Los efectos visuales van en sintonía fina con la fotografía: logrando una plausibilidad extraordinaria -plausibilidad que se logra empastando archivos fílmicos reales, también-. Eso también es producto del fino y artesanal diseño de producción (Nathan Crowley) y dirección de arte (Erik Osusky). 


Podemos decir que el presupuesto no es tan significativo como parece: yo especulé -cosa que suelo hacer- con algo así como 100 millones de dólares, mientras se gastaron unos "austeros" 60. Tal dato da cuenta de un trabajo bastante efectivo. Y, si hablamos de efectividad, el sonido está muy logrado: tanto en su diseño, como en su mezcla (Mary H. Ellis). 
La música, aunque con reminiscencias evidentes de 2001: Odisea al Espacio (Kubrik, 1968), cuenta con el buen trabajo de Justin Hurwitz, quien trabajara con el director en Whiplash (2014) y La la land (2016).  
A pesar de todos estos logros a nivel visual y sonoro, los 141 minutos del film se sienten bastante como espectador: hay caídas de ritmo, tensión no del todo lograda, y demasiado prólogo para una misión que ya sabemos como termina. 


A nivel performativo, quien más brilla, en la opinión de este humilde escritor, es Claire Foy. La inglesa está un escalón más arriba del canadiense, que sin embargo no tiene un mal trabajo -sinceramente no es un actor de mis preferidos, quizás por el poco riesgo de sus roles, o una versatilidad dudosa-. 
Para cerrar esta reseña, podemos decir que para quien no vivió el alunizaje resulta una simulación de experiencia bastante estimulante y para quien si la vivió quizás pueda traer recuerdos alegres. 
Para quienes soñamos con explorar el cosmos y nos sentimos pequeñxs cuando miramos las estrellas, es casi una cita obligada esta película cuyas virtudes superan significativamente a sus defectos.  

Mi Calificación: 7,50 (siete y medio) Buena
Familia al Instante (2018):

Duración: 118 Minutos
Dirección: Sean Anders
Guión: Sean Anders
John Morris
Protagonistas: Mark Wahlberg 
Rose Byrne (La Noche del Demonio, Damas en Guerra, SPY: Una espía despistada) 
Isabela Moner (Growing Up Fisher, Transformers: El Último Caballero, Sicario: Día del soldado)

Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia

Dramedy basado parcialmente en las experiencias de adopción que tuvo Sean Anders, quien trabaja por tercera vez con Mark Wahlberg. Como la premiere de la cinta fue cancelada por el Incendio de Woolsey, se estrenó en un Centro de Evacuados para las víctimas del incendio.


Familia al Instante es una comedia dramática que funciona a pesar de su trailer, que nos la muestra como simplona, y abusando de la comedia física.
La realidad es que Sean Anders hace un trabajo fino para un género que no está en sus mejores días, tal como lo hizo en Guerra de Papás. Esa fineza se puede encontrar en elementos fílmicos "puros", tales como la alteración de un flashback para incluir a alguien del presente en el mismo -en estos detalles se nota la mano del director-.
Quizás si bien algunos gags no funcionen tanto por cierto exceso, la cinta mantiene cierta hilaridad -que se pierde parcialmente al estar doblada al español- pero también logra generar momentos emocionantes.


Probablemente lo que separe a este film de las comedias tradicionales sea que, si bien se hace énfasis en la familia biparental cis-heteronormada (hay una familia no heteronormada en la película, pero cumple un rol menor), abre la puerta a un concepto más amplio de familia, ya que aquí está integrada por niñxs adoptados, que suelen ser rechazados por las comunidades. La idea de generar una familia con fines más bien altruistas, como es la de la historia, resulta bastante atractiva. También intenta trasmitir un mensaje positivo a la comunidad respecto a la importancia ayudar/contener a niñxs que viven en situaciones desventajosas.


Las actuaciones son parejas, en general, claro que ninguna resulta digna de un Oscar. Curioso resulta entonces encontrar a dos actrices del calibre de Octavia Spencer y Margo Martindale aquí, pero debería celebrarse.
Familia al Instante cumple con lo prometido para cintas del género: algunas risas, emoción, y cierto camino o periplo que deben afrontar lxs protagonistas. Sería injusto pedirle algo más, y desde aquí no lo hacemos.

Mi Calificación: 6 (seis) Buena

domingo, 25 de noviembre de 2018

Apología de Ed Wood: Parte III

En esta tercera y última parte del artículo, analizaré tres características más de sus films. Quiero señalar que la intención no era hacer una tercera parte, pero la cantidad de películas a analizar y la bastedad del material documental y escrito sobre el autor da mucho para comentar. Podemos destacar a nivel escrito la biografía: "Nightmare Of Ecstasy: The Life and Art Of Edward D. Wood Jr." escrita por Rudolph Grey, publicada en 1992. Libro en el cual se basó el guión de la película de Tim Burton.

Yendo ya a la última parte de las características de su cine, tenemos lo siguiente:
6) Fotografía: quien acompañó a Wood desde 1953 a 1960 -también en películas que no dirigió pero si se encargó del guión, como The Violent Years- fue el fotógrafo, William C. Thompson que tuvo nada menos que 54 años de carrera, siendo su último trabajo The Sinister Urge, donde estaba ciego de un ojo.
El punto, sin embargo, es que la fotografía -a pesar de importantes problemas en Plan 9- muestra en general un buen trabajo: creando imágenes de villanas bastante icónicas, tales como la de Maila Nurmi en Plan 9 o Jeannie Stevens en Night of the Ghouls, y con un sólido manejo de la oscuridad y la iluminación artificial.

Jeannie Stevens en Night of the Ghouls. Esta imagen
podría pensarse como enlace entre el erotismo y el terror
característico del cine de Wood
7) Two shot y parejas actorales: los two shots es un tipo de toma que enmarca a dos personas. Wood suele trabajar con dos personajes en "pareja": sea Lobo (Johnson) y Vornoff (Lugosi) en Bride of the Monster, Don (Clancy Malone) y Brady (Timothy Farrell) en Jail Bait o Johnny Ride (Carl Anthony) y Gloria Henderson (Jean Fontaine) en The Sinister Urge. Ese es el motivo de tener una gran cantidad de two shots en distintas películas. 

Sean sepultureros (Plan 9), cazadores (Bride of the Monster) o
aliens (Plan 9) siempre los vamos a encontrar de a dos. Quizás
Ed Wood supiera muy bien que la vida es mejor con amigos, o simplemente
que eran la cantidad de personajes mínimos para generar cierta acción.
8) Mensaje: de alguna u otra forma las cintas de Ed quieren trasmitir cierto mensaje -quizás en sintonía con el cine de su época-: sea a favor de la familia y por la tolerancia hacia personas travestis/trans en Glen or Glenda, en contra del armamentismo y las armas de fuego en Bride of the Monster (quizás uno de los mensajes centrales aquí es no jugar a ser Dios, respecto a la santidad de la vida humana), Plan 9, y Jail Bait, o contra la industria del porno en The Sinister Urge (lo cual, bien señalado por la crítica, resulta irónico, porque Wood trabajó en esa industria en sus últimos años de carrera. 

Glen or Glenda, una de las películas favoritas de David Lynch,
tiene la particularidad de mezclar en cierta forma el documental
con el surrealismo. Además de contar con el mensaje de tolerancia
que señalamos. 
Analizados los trademarks, sería interesante abandonar de una vez por todas el análisis superficial de películas de clase B/Z para intentar generar un necesario análisis crítico sobre las mismas. Pese a la afirmación de que para hacer crítica de cine debemos escribir sobre lo que nos gusta, resulta muy valioso hacer un análisis exhaustivo de lo que no nos gusta tanto -lo cual puede convertirse en algo atractivo, como me pasó, después del análisis-.

Apología de Ed Wood: Parte II

Retomamos los "trademarks" del director, cuya filmografía esta casi toda en Youtube. Allí también hay tres documentales: Flying Saucers Over Hollywood: The Plan 9 Companion (Carducci, 1992), Ed Wood: Look Back in Angora (Ted Newsom, 1994) y The Incredibly Strange Film Show "Ed Wood Jr." (s. 2, e. 4). 
Probablemente lo que caracteriza a estos son las visiones dicotómicas presentadas sobre el autor. Una que lo muestra como alguien totalmente inoperante que se aprovechó de actores que estaban en un mal momento, y otra -la más interesante- que señala que a pesar de ciertas incapacidades Ed logró realizar sus sueños: filmar las películas que quería con amigxs "freaks" hollywoodenses. 

Sigamos ahora con las características de su cine:
2) Unicidad de sus películas/estilo de autor: como señalaron algunos críticos, sus películas son claramente distinguibles de otras clase B o Z. Esto se puede ver a través de su estética -una combinación entre lo bizarro y lo erótico-, la austeridad de escenarios -resueltos de la forma más barata pero práctica posible-, y temas narrativos recurrentes -podría pensarse en lxs personajes vampirescxs por ejemplo-.
3) Uso circular de material de archivo: por el bajo presupuesto de sus cintas, el director utilizó excesivamente material de archivo o escenas filmadas para otras películas, el primero bastante mal integrado: escenas de archivo de autos de policía en Plan 9 que son de día, chocan con las secuencias nocturnas, por ejemplo. A pesar de todo, no significa que sea un mal recurso: le da cierta característica documental a sus películas y resulta bastante eficiente. 


 Dos inclusiones de material de archivo, la primera quizás la más polémica o cómica: "estampida de bisontes" -porque no tiene nada que ver con lo que sucede- en Glen or Glenda, la segunda del pulpo en Bride of the Monster.  

4) Temáticas: el complejo mundo de Wood -realmente fue una persona muy interesante y polifacética- giraba en torno a ciertos temas comunes, tales como la muerte -sus reflexiones están en Night of the Ghouls, Plan 9, u Orgy of the Dead (1965, Apostoloff) (donde es guionista)-, el progreso -una crítica a la reacción en Glen or Glenda, o al progreso mismo en Plan 9- y la crítica al armamentismo y las armas de fuego -a las armas de fuego en Jail Bait, mientras que al armamentismo/uso de armas atómicas se ve en Plan 9 (en el discurso de Eros), y en menor medida en La Novia del Monstruo (se menciona que las experimentaciones causaron cambios climáticos)-.
Otros temas son: la idea del gobierno ocultando información al pueblo respecto a lo sobrenatural -en Night of the Ghouls hay un policía que se encarga de esos asuntos, pero extraoficialmente, y en Plan 9 el Coronel Edwards (Duke Moore) debe desmentir la directiva del gobierno sobre la inexistencia de ovnis- y el travestismo -en Glen or Glenda es central, en The Sinister Urge un detective se viste como mujer para detener al asesino, y en Take it out of Trade (1970) Ed Wood interpreta a Alecia, personaje travesti-.
La incoherencia en los diálogos no puede pensarse como una temática en si, pero es un elemento corriente en todas sus películas -en menor medida en algunas, en mayor medida en otras-.

 Posters alternativos de Jail Bait, Night of the Ghouls, y The Sinister Urge películas no tan conocidas de Wood. La primera, con Herbert Rawlinson y Dolores Fuller, es un noir con escenas nocturnas únicamente. La segunda, si bien filmada en 1959, fue estrenada en VHS en 1984, después de que Wade Williams pagara las tarifas del laboratorio que retuvo la cinta durante más de 23 años. En el caso de la tercera es un thriller con inspiración en Psicosis (Hitchcock, 1960), con un bajísimo presupuesto de 20.300 dólares -apenas trescientos dólares más que su primera película, Glen or Glenda-.

5) Autorreferencialidad y autobiografía: referido al segundo aspecto, podemos ver el maravilloso trabajo del documental Ed Wood: Look Back in Angora (Ted Newsom, 1994) que cuenta la biografía del cineasta a través de sus propias cintas. Wood, en una entrevista dijo: "si querés conocerme mira Glen or Glenda", la cual además protagoniza. Otros trabajos suyos hacen referencias más indirectas: por ejemplo en Bride of the Monster, Lobo  (Thor Johnson) tiene un fetiche con el angora, al igual que el cineasta.
Es autorreferencial porque él no solo hace cameos (en Jail Bait, por ejemplo) o protagoniza sus películas, sino también por algunos detalles visuales en sus cintas: en Night of the Ghouls apreciamos un cartelito de "buscado" en la comisaría que lleva una foto suya, o en The Sinister Urge vemos posters de sus películas en la oficina de Johnny Ride. Este, personaje comparado con Ed Wood por su frase:"I look at this slush, and I try to remember, at one time, I made good movies." (Miro esta porquería, y trato de recordar que en algún momento hice buenas películas), lo que reflejaría supuestamente el camino del autor después de esta película -hacia el cine erótico y pornográfico-.

Carl Anthony y Jean Fontaine en The Sinister Urge. El primero hace
de Johnny Ride y la segunda de Gloria Henderson. Vemos que
los protagónicos los tienen un afroamericano y una mujer, algo interesante para la época.






jueves, 22 de noviembre de 2018


Apología de Ed Wood: Parte I

En cierto momento, todxs lxs cinéfilxs nos cruzamos con las llamadas películas clase Z, que el cine de este director parece encarnar. Este tipo de cintas, se caracteriza por tener un presupuesto mínimo. Para entender esto, la biopic por la cual conocemos al director "Ed Wood" (1994, Burton) tuvo 100 veces el presupuesto de todas las películas de Ed juntas -según el documental Ed Wood: Look Back in Angora (1994, Newson)-. Este artículo tiene la finalidad de hacer un merecido análisis -esta es la parte apologética- de parte su filmografía, como el autor que fue. 

Es interesante destacar primero, ciertos aspectos personales del director, para no quedarnos con el pobre análisis anecdótico de que hacía "películas malas" o que hizo la "peor película de la historia". 
Edward fue veterano de guerra: participó en la Segunda Guerra Mundial, donde fue condecorado con una Estrella de Plata, una de Bronce, dos Corazones Púrpuras y una Medalla de Puntería. En Japón perdió los dientes delanteros en un combate cuerpo a cuerpo, y recibió disparos en las piernas. 
Fue el albacea de Kenne Duncan y su amigo, como también le correspondió a Bela Lugosi en sus tiempos más duros. Lyle Talbot, también fue contratado por él en momentos de necesidad, y las ganancias de La Novia del Monstruo, contribuyeron a que Samuel Z. Arkoff pudiera fundar AIP (American International Pictures). Así podemos decir que hizo bastantes contribuciones a la industria hollywoodense.
Wood junto a Lugosi en Glen or Glenda, es importante señalar
que el primero fue orgullosamente travesti durante su vida, y su película
tuvo como objetivo el promover la tolerancia hacia tal comunidad.
Pasemos a considerar ahora por qué debe pensarse al cineasta como un autor, para luego considerar elementos comunes o trademarks de su cinematografía. 
En este artículo, considero la filmografía del director desde 1953 a 1960 -solo largometrajes-: esta incluye Glen or Glenda (1953), Jail Bait (1954), Bride of the Monster (1955), Night of the Ghouls (1957), Plan 9 from Outer Space (1959), y The Sinister Urge (1960). 
De esta, se extrae que no sólo Ed dirigió, sino también escribió, produjo -excepto Glen or Glenda-, editó -Night of the Ghouls y Plan 9- y hasta actuó en sus películas -Glen or Glenda es la única "acreditada", pero hizo cameos en otras como The Sinister Urge o Plan 9-. Esto nos hace dar cuenta que tenía un muy importante control creativo de su trabajo, lo que no significa que lo dominara a la perfección, sin embargo. Sus guiones, sus temas, y ciertos elementos visuales son bastante reconocibles. 
Vale la pena señalar que también escribió varias novelas, cuentos, y hasta artículos para diarios. "La sangre se esparce rápidamente" se publicó en Argentina, y reúne 32 cuentos, mientras que también escribió unas memorias tituladas "Hollywood Rat Race". 



Posters alternativos de las dos películas más conocidas del director, y la tapa de los dos libros mencionados.

Pasemos a analizar algunos de los trademarks del autor:

1) Uso de estrellas: a pesar de sus bajos presupuestos, el director siempre se la arregló para tener de una forma u otro a actores y actrices renombrados, o al menos llamativos.
Tal es el caso de:
Bela Lugosi -estrella de Dracula (1931), Island of Lost Souls (1932), The Black Cat (1934)- en Glen or Glenda, Bride of the Monster y muy parcialmente en Plan 9.

Los hipnóticos ojos de Lugosi en Bride of the Monster,
donde, coincido con los fans del actor, hace un muy buen trabajo.

Herbert Rawlinson -actuó en Man Undercover (1922), Bullets or Ballots (1936) y Blake of Scotland Yard (1937) entre otros cientos de títulos- en Jail Bait.

El experimentado actor junto a Dolores Fuller, quien
fue novia y actriz en tres películas de Wood.
Rawlinson tenía cáncer de pulmón y en la película -que sería su última-
 se notan sus problemas problemas respiratorios.

Lyle Talbot -Love is a Racket (1932), Three on a Match (1932), Batman y Robin (1949)- en Glen or Glenda, Jail Bait y Plan 9.

Steve Reeves -en uno de sus primeros trabajos como actor-,
Talbot y Fuller en Jail Bait. Talbot afirmó que en cierta
etapa de su carrera no rechazaba ningún rol que le ofertaran,
podemos entender así su trabajo con Ed

Criswell -conocido por su programa Criswell Predicts- en Night of the Ghouls y Plan 9.

Probablemente el más carismático y llamativo
del elenco de Wood, el "psíquico", se caracterizaba
por su voz nasal, su smoking, y sus erradas predicciones.

Maila Nurmi -conocida por su programa The Vampira Show- en Plan 9
  
Maila junto a Thor Johnson -quien actuó en tres películas de Wood-
brindando el elemento nórdico en Plan 9 (Thor era sueco y Maila supuestamente finlandesa), son las dos caras más reconocibles de la película.