Yo soy Tonya (2017):
-I, Tonya-
Duración: 120 Minutos
Dirección: Craig Gillespie (Lars y la chica real, Noche de Miedo, Horas Contadas)
Guión: Steven Rogers
Protagonistas: Margot Robbie
Sebastian Stan
Allison Janney (La Joven Vida de Juno, Un Camino Hacia Mí, La Chica del Tren)
Ficha en IMDb
Ficha en Wikipedia
Gillespie es un director versátil, habiendo trabajado con Disney y hasta dirigiendo a un Collin Farrell vampiro, si bien sus proyectos siempre oscilan entre la comedia y el drama. I, Tonya se podría decir que es el segundo drama biográfico-deportivo del director, siendo el primero Un Golpe de Talento (2014). Nominada a 3 Oscars -afortunadamente las tres nominadas son mujeres- y ganadora de un BAFTA -Mejor Actriz de Reparto para Allison Janney-, Yo, Tonya narra la historia de la patinadora artística dos veces ganadora del Skate America, Tonya Harding.
La única imagen asimilable a I, Tonya que encuentro en el cine es la de Joe Pesci disparándole a la cámara en Goodfellas (1990), mientras suena My Way, interpretada por Sid Vicious, de fondo. Y de hecho Sid Vicious cuadraría mucho con la imagen de Tonya Harding presentada en la película. Tonya Harding es una punk, del patinaje artístico. En el poster de la película se lee como comentario promocional: "A Knockout! The Goodfellas of Figure Skating" escrito por The Playlist y realmente ese corto análisis no puede ser más acertado. I, Tonya es un knockout, tanto por la precisión y firmeza del golpe que representa la historia, como por una dinámica que hace preguntarnos de dónde salió tal golpe. La película tiene méritos de sobra, y que nos preguntemos de donde salió el golpe tiene que ver con un gran trabajo de edición (Tatiana S. Riegel) como de fotografía (Nicolas Karakatsanis).
La historia de Tonya Harding tal como aquí está contada se presenta adictiva, por lo errático y surrealista de la misma. No sólo tiene un humor, una honestidad y una acidez sorprendente, sino que la historia en sí responde al lema de un canal de televisión, que reza: "Realidad que supera la ficción". Sinceramente uno no sabe si reír o llorar -difícil no hacerlo viendo el triple axel- con los eventos retratados, sin embargo la película invita a pasar por ambos sentimientos. Una irreconocible Margot Robbie, con un rol superlativo, va hasta el límite de lo físico, de la violencia, y los infortunios. El otro irreconocible es Sebastian Stan, nuestro Soldado de Invierno, haciendo del violento y poco brillante marido de Tonya, Jeff. Insuperable también se presenta Paul Walter Hauser, haciendo de Shawn, una especie de mezcla entre Walter Sobchak y Harvey Lee Oswald. Allison Janney hace un buen trabajo, como una terrible y opresiva madre, que introduce a la hija a un espiral de violencia interminable.
Es difícil pensar en la película como biográfica, porque rompe tanto narrativa como ideológicamente todo código representacional habido y por haber. Ruptura de la cuarta pared, voces over que pisan la narración, que no se vinculan con lo que está pasando, contradicciones entre los testimonios. La cinta lo aclara al principio, está basada en delirantes entrevistas a los protagonistas. En este punto debo decir que si Sebastian Stan y Margot Robbie están irreconocibles no se debe solamente a sus dotes actorales, sino que un buen trabajo de peinado y maquillaje tuvo que intervenir (Deborah La Mia Denaver y Adruitha Lee). Poco sentido tiene seguir elogiando esta película -elogios, por supuesto, más que merecidos-, porque I, Tonya no es tanto una experiencia para ser narrada, como una experiencia para ser vivida.
Mi Calificación: 8 (ocho) Muy Buena
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